domingo, 28 de agosto de 2011

Reflexiones sobre la JMJ

Pasado un tiempo prudencial consideramos necesario reflexionar sobre la exitosa Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid. Como era de esperar se ha producido el enfrentamiento entre laicos y religiosos, salvando las distancias algo parecido al choque entre las dos Españas de antaño. Unos, los católicos, en nombre de Jesús organizando un acto de ensalzamiento del Papa, un culto al líder que en nuestra opinión tiene muy poco o nada de evangélico. Por otra parte, el sector laico, criticando todo lo posible tal acto, pero no desde las posturas de cristianismo auténtico, la del Jesús del Evangelio, sino en su rechazo a cualquier manifestación pública de espiritualidad.
Nuestra postura es crítica hacia ambas posiciones, que consideramos sumamente peligrosa para la libertad, para una sociedad libre. Unos, la multitud de jóvenes católicos, porque no es consciente de que arrodillarse y aclamar y venerar a un hombre es anticristiano, pues no hay mas que leer el evangelio para ver el rechazo de Jesús hacia tales actitudes . Entre cristianos no caben Amos, no cabe hacerse esclavos de los hombres. La idea de que "El Reino de Dios está en vosotros" es clara. Un verdadero seguidor de la moral y la filosofía social evangélica no necesita de ningún representante de Dios en la tierra, así como tampoco de intermediarios ni sacramentos de ningún tipo. En el acto, Ratzinger acudió para justificar la existencia de la Iglesia católica a la famosa frase: "Pedro, tu serás la piedra sobre la que edificaré mi Iglesia". Esta frase nos resulta un claro añadido, algo puesto para justificar la existencia de una Institución que no casa con lo que predicó Jesús. No creemos por otra parte que Jesús quisiera crear ninguna Iglesia, pues el era judío y como tal murió.Tampoco conviene olvidar que Iglesia, en griego, significaba Asamblea. Asamblea y organización piramidal son cosas contrapuestas, por más que algunos, de buena fe, quieran hacer ver que no es así. De cualquier forma es lógico que las altas jerarquías católicas usen alguna frase para justificar su existencia, silenciando las que podrían poner en duda la existencia de su Institución.
Por otra parte tenemos a un fuerte sector laico que detesta toda manifestación pública de la religiosidad. Éstos no tienen en cuenta que las creencias, ya políticas, ya religiosas, no son sólo privadas, sino públicas. Toda persona con un ideal ansía conocer y organizarse con otras afines a su pensamiento. Es cierto que la religiosidad tiene un fuerte componente individual, basado en la comunicación personal con un Dios . Pero no se puede negar el contenido social de las creencias, nos gusten o no, coincidamos o no con ellas.
Por otra parte debemos también reflexionar sobre un elemento que escapa al análisis de muchos laicistas. Y es el hartazgo de mucha gente al materialismo, al relativismo, a la concepción zoológica del ser humano predominante en nuestra época, así como, nos guste o no, a la necesidad de consuelo de mucha gente, la necesidad de pensar que la vida continua tras la muerte. Personalmente nada nos aterroriza más en este Blog que la idea de la vida eterna. Para nosotros la muerte es positiva por cuanto libera de la servidumbre del sistema político y económico estatal y capitalista ,así como de la servidumbre creada por el propio organismo humano y sus necesidades. Pero reconocemos que nuestra postura es minoritaria, y que a millones de personas les asusta el fin definitivo
Sin embargo deberíamos profundizar en la fuerza de las religiones, pese a su descenso en muchos países occidentales, más allá de nuestras posturas personales. Y una de las causas del mantenimiento de la fuerza religiosa es el olvido o desprecio por parte del pensamiento izquierdista de lo no material, de los valores espirituales o inmateriales. Lo hemos afirmado últimamente en varias ocasiones. La sociedad de la modernidad ha convertido a los seres humanos en estómagos, en seres muy degradados centrados en lo material, lo cual facilita el triunfo del sistema de dominación. Pero aún así no han podido liquidar del todo la esencia humana, el ansia de dar una mayor importancia a valores no materialistas, como la solidaridad, el apoyo mutuo, la libertad...y también, nos guste o no, mucha gente sigue sintiendo la necesidad de creer en un Ser Superior, en un cielo donde continúe una vida libre de los males de la tierra . Esto último , ya digo, nos parece muy infantil, y preferiríamos que la gente se enfrentara con tranquilidad a la muerte, a la vuelta al vacío. Pero ese sueño subsiste queramos o no, y no podemos prohibirlo. Y, siguiendo con nuestra reflexión, creemos que las izquierdas han fracasado radicalmente en levantar una filosofía que ponga el acento en los bienes inmateriales, que se evada de un materialismo estrecho, de un anticlericalismo simplón. Si quitamos la hojarasca de sus discursos retóricos, vemos que no hay más ideal en las izquierdas que el vivir mejor . Con lo cual, mal que les pese, comparten la misma cosmovisión bienestarista y conservadora que la derecha. Es decir, las izquierdas no han llenado la necesidad de levantar una cosmovisión diferente, basada en elevar a los individuos por encima del componente zoológico(sin negar que también tenemos una naturaleza animal), es decir conseguir una sociedad de individuos virtuosos, que busquen el bien común, el compartir,el no dominar a  otros, la mejora personal y otros valores desde la libertad, como un camino elegido interiormente, pues la virtud impuesta no es virtud. A esto nos referimos cuando hablamos de valores espirituales, que no implican de por si la necesidad de seguir una religión, o de una creencia en un Dios. Pero lo que sí pensamos es que si nadie llena estas necesidades, las religiones podrán utilizarlas para llevar el agua a su molino.
En El paseante solitario nos gustaría que surgiera un tipo de religiosidad libre, como la desarrollada por un Tolstoy, por ejemplo. Una religiosidad no dogmática, no basada en la obediencia a ninguna persona o personas, tampoco en seguir un libro al pie de la letra un libro. Una nueva religiosidad que uniera lo individual y lo colectivo en comunidades basadas en la propiedad comunal, la reflexión, la no opresión entre sus miembros,la no obediencia más que a las normas decididas democráticamente entre ellos, la no necesidad de intermediarios ante su  Dios, la ley del amor... Ésto podía haber sido el cristianismo, y parte de ello forma parte de algunas de sus comunidades. Pero por desgracia salvo en unos pocos sectores el cristianismo fue engullido por los aparatos de dominación social y de él poco queda .
Sin embargo consideramos que puesto que hay mucha gente con necesidades religiosas, y puesto que no se ve que el ateísmo pueda atraer a multitudes, quedaría como freno a la fuerza de las religiones opresivas el nacimiento de una nueva religiosidad libre. Ahora bien, puesto que vivimos con los pies en el suelo, hemos de reconocer que, a corto o medio plazo, no observamos que pueda nacer esa nueva religiosidad que satisficiera esas necesidades que el materialismo ateo y agnóstico no satisface y que hiciera de contrapeso a quienes, desde las jerarquías católicas u otras religiones, usan el discurso religioso y no materialista para dominar mentes y cuerpos, para engañar a multitudes.
La necesidad de una nueva cosmovisión en la que quepan religiosos libres y ateos desde una perspectiva de libertad,de no dominio, es muy importante para luchar contra los peligros de las fuerzas liberticidas, ya religiosas, ya laicistas

jueves, 11 de agosto de 2011

Inglaterra y las revueltas nihilistas:la advertencia de Louis Mercier Vega


Si algo ha sorprendido a mucha gente de las revueltas violentas que se han producido en algunas ciudades de Inglaterra es la ausencia de unos ideales políticos detrás. Los jóvenes que se han sumado a las actividades destructivas no parecen haber enarbolado ninguna bandera doctrinal, ni expresar un deseo, aunque sea poco elaborado, de levantar un tipo de sociedad diferente. ¿Podemos encontrar posibles explicaciones para esta explosión de violencia aparentemente ciega, basada en el saqueo y destrucción de comercios y negocios?.
Como era de esperar, han salido los políticos culpando a las familias de no educar bien a sus hijos, de la falta de valores... Pero pensamos que debemos ir más allá de tales visiones, y si la falta de valores tiene una influencia, ver de donde surge una sociedad sin valores, ni ideales alternativos serios, y quienes la impulsan.
Desde aquí consideramos que este tipo de revueltas, que simplificando y poniendo una etiqueta que quizás no sea muy justa, calificaremos de nihilistas, hunden sus raíces en el tipo ideal de sociedad y ser humano desarrollado por la sociedad de la modernidad progresista, consumista, zoológica y tecnoburocrática. El enorme fomento a todos los niveles de los disvalores, de poner en el centro los bienes materiales, incluyendo más allá de su retórica a los críticos del sistema, y por la izquierda y extrema izquierda en general, unidos en nuestra humilde opinión a dos factores, tales como la crisis económica con el miedo latente a abandonar la sociedad de la opulencia, más ficticia que real, pero dominante en las mentes, y la inexistencias de pensamientos y sociedades alternativas, más allá de los decrépitos restos del socialismo tiránico y sus partidos y sindicatos; ha provocado la primera expresión clara de una revuelta nihilista, vacía, basada en el mero saqueo, que, eso si, no engaña a nadie en sus pretensiones.
Con esto no queremos afirmar que no exista un descontento latente. Sin embargo tenemos la sensación que el descontento latente, lo que busca es poder mantener la llamada sociedad de la opulencia, la sociedad del bienestar material. Es una revuelta descarnadamente materialista, reflejo de esos disvalores fomentados desde hace unos siglos, y de los que ninguna ideología del arco político, del capitalismo al fascismo, de la socialdemocracia al bolchevismo o al liberalismo, han escapado. Pero, como hemos dicho antes, quizá por primera vez en la historia(un quizá dudoso, pues no suele encontrarse nada nuevo bajo el sol), unos amotinados renuncian a usar cualquier discurso político.
Ahora bien, ¿tienen razón aquéllos políticos que culpan a las familias?. Pues no, porque ellos son también causantes de la situación. Es un tópico y nos averguenza caer en ello, pero en el camino que desemboca en la sociedad nihilista, no hay un único culpable. Todos tenemos experiencia vital suficiente para haber escuchado muchas veces la frase de:"preocúpate por ti", "no te compliques la vida"y un largo etcétera, de boca de nuestras familias. Por otra parte, es evidente que al Estado, y a los políticos, no les interesa desarrollar una sociedad de la reflexión, de la libertad, de la autocontención o la no dominación.  Porque lógicamente la sociedad podría plantearse cosas que hoy por hoy no hace.
En cuanto a la Institución central en la defensa de una visión moral, la Iglesia, esta ha perdido toda fuerza como ejemplo moral de conducta. Su ocultamiento, por ejemplo, de los casos de pederastia que se han dado en su interior, anulan su predicamento. 
Y por muy embrutecidos y adormilados que estemos, creemos que todos, en mayor y menor medida comprendemos la hipocesía feroz entre los discursos de políticos, familias, Iglesia y demás. Se habla de valores, pero el éxito, la gloria personal, está en el triunfo económico y laboral. O en el dominio. Y mientras todo permanezca así, los adultos que han contribuido a sostener lo que existe, inculcándolo a sus jóvenes, no pueden dar lecciones de moral.
Todos estos fenómenos son para nosotros las causas profundas del surgimiento de este tipo de levantamientos vacíos, que reflejan una sociedad desesperanzada, que al no tener en el horizonte un ideal de vida diferente, se aferra a la lucha por los bienes materiales, una lucha desesperada y amarga que ni siquiera crea la impresión de haber fracasado por una causa noble, por algo que te ha embargado el espíritu de felicidad, aunque sea por breve tiempo.
Pero siempre hay alguien, mentes despiertas, que años atrás percibieron esta aterradora posibilidad. No queremos acabar sin mencionar a alguien que olfateó lo que podía aparecer. Nos referimos a Louis Mercier Vega. Militante y pensador anarquista, trotamundos creador  de diversas revistas, miliciano impulsor en tierras de España del Grupo Internacional de la Columna Durruti, estudioso de la realidad de América Latina antes de volarse la cabeza, en 1975, porque no quería verse envejecer, perder la lucidez, no poder seguir analizando la realidad. Prefirió adelantarse al fin en un gesto valiente, de hombre libre. Pues bien, Louis, en uno de sus  libros,unos pocos años antes de su suicidio, Anarquismo ayer y Hoy, en su último párrafo escribe un texto sobrecogedor por el fogonazo de lucidez y visión de futuro que pensamos sirve para entender algo de lo que ha sucedido en el Reino Unido:
"Puede ser que la evolución del mundo, acelerada en el ámbito económico por un estado de guerra permanente, por la concentración de los poderes y una tecnología reservada a una minoría de cerebros, haga desvanecer el sueño de una sociedad obrera. Pero entonces, lo que nadie puede alejar es la perspectiva, tan evidente como los éxitos y realizaciones científicas, de que las revueltas se hagan nihilistas".
Desaparecida la idea de una sociedad libre, creemos como Mercier, que llegó la hora de las revueltas nihilistas.