Blog de reflexión sobre diferentes temas, de política a cine, literatura, arte...
sábado, 19 de diciembre de 2020
Reflexiones sobre una nueva Unión Europea
sábado, 28 de noviembre de 2020
Sobre el Gobierno de Dios
Se ha publicado una interesante obra de un autor desconocido y borrado de la historia, Salviano de Marsella, que vivió en el siglo V . Salviano, hombre de fe cristiana, relata la destrucción del Imperio Romano, considerando que es fruto de una especie de intervención divina, que castiga todos sus pecados, desde la crueldad, a la explotación y asfixia tributaria de la población, pasando por su lujuria, utilizando, curiosamente, la mano de los bárbaros paganos.
Lo interesante del pensamiento de Salviano es que considera superiores a dichos bárbaros paganos, más morales, más virtuosos, más castos incluso que a numerosos cristianos, fieles a la Iglesia católica, religiosos incluidos. También habla bien de los herejes, aunque considera que su visión es equivocada. Con prólogo y epílogo excelentes, lo que uno echa en falta en el texto es que Salviano no elabora un proyecto de renovación claro del cristianismo, de la sociedad, frente a la Iglesia católica que ya había destruido la esencia del cristianismo original, que eran fraternidades. Pese a sus críticas a la mayoría cristiana, permanece fiel a esa Iglesia ya en buena medida anticristiana.
Otros aspectos que no comparto es su identificación del cristianismo con el ascetismo, así como la nefasta crítica de la libertad sexual fuera del matrimonio- bien entendida ésta-, con independencia de que uno adopte individualmente una vida casta. Esto es incoherente con la vida de Jesús, que él propone imitar. Éste pudo realizar ejercicios ascéticos, retirarse al desierto y superar pruebas. Pero sabemos que participaba de fiestas, comiendo y bebiendo .Tanto que sufrió críticas por este hecho . En este aspecto, el de confundir la positividad, como acto de fortalecimiento, de realizar algunos ejercicios ascéticos personales, con el ascetismo como modelo de vida-ajeno a Jesús- Salviano contribuyó algo a esa degeneración del cristianismo, religiosidad y cosmovisión política y socioeconómica-recuérdese el olvidado, por su significación, venga a nosotros tu reino, del padre nuestro- que debía haber sido del amor fraternal, el perdón, la vida frugal, el rechazo a la esclavitud, el dominio y la explotación del hombre por el hombre .Una sociedad del servicio mutuo-no he venido a ser servido, sino a servir-.
Sólo un cristianismo que retome esos principios, esa forma de vida, esas fraternidades abiertas a todos, a una nueva vida, podrá renacer de sus cenizas, de ese falso cristianismo católico y protestante, de muchos religiosos y fieles. Instrumento, con excepciones, y no solo en su ala conservadora o tradicionalista, sino también en la llamada progresista, incluyendo la llamada teología de la liberación, de los diversos poderes, sistemas e ideologías, de un signo u otro, del capitalismo al marxismo o los fascismos, que han arrasado y siguen arrasando la humanidad y a los individuos.
viernes, 13 de noviembre de 2020
Instrucciones para caminar sobre el alambre
En la Sala de Teatro Cuarta Pared se está representando una magnífica obra, Instrucciones para caminar sobre el alambre, que supone un retrato descarnado, sin trampas ni cartón, de la sociedad actual.
La protagonista, Alba, es una chica , en cuyo inicio vemos intentar triunfar, presionada por su padre, en el mundo del ciclismo. Posteriormente, junto con su familia, la vemos recorrer un camino de éxitos efímeros, trabajos temporales que se van sucediendo unos a otros, la imposibilidad de llevar una vida asentada, una vida estable, una vida vivible, respirable. Y todo eso conlleva la aparición, en su mente, en su organismo, de los gusanos de la ansiedad, la depresión, la destrucción psicológica, de las ganas de levantarse, en un existir vaciado de todo sentido profundo, trascendente.
Instrucciones para caminar sobre el alambre es un extraordinario reflejo de la demolición de nuestro mundo, de la ruina de la sociedad y de los individuos, de la extensión de las enfermedades mentales como mancha de aceite. De la voladura de los lazos sociales, de la insolidaridad, de lo duradero, pero a la vez del aumento infernal de la presión, del triunfar, del ser alguien en una situación en que todo ese viejo discurso hace aguas y amenaza de cierre por liquidación, sin que nadie sea capaz de decir hasta aquí hemos llegado, se acabó vuestra trampa monstruosa de hacernos creer lo que no es, de talarnos en masa como árboles amazónicos.
El 15 de noviembre es el último día de representación de esta realista y negra obra que disecciona con maestría de cirujano nuestra realidad, nuestro día a día. Si pueden, no se la pierdan.
domingo, 8 de noviembre de 2020
Reflexiones sobre la decadencia de la amistad, la deshumanización y la sociedad gaseosa
Desde hace casi una década, y reforzado por acontecimientos personales recientes, he llegado a la conclusión de que está aconteciendo un fenómeno del que se reflexiona poco, pero que no deja de resultarme inquietante: la decadencia de la amistad.
Para mí la amistad es una característica, escasamente mencionada, del ser humano. Algo que nos humaniza, que nos saca, aunque sea por breve tiempo, de la cárcel del Ego. Una forma de relación, de establecer lazos sociales libres e igualitarios. El amigo, la amiga, es un libre y un igual, en el sentido positivo de la palabra igualdad, no en el sentido de uniformidad, o igualación desde lo malo. Quizá sea, el momento de la relación amistosa, de los pocos "lugares", situaciones, en que libertad e igualdad se dan la mano, en vez de acabar en un choque de trenes..
Pues bien, ese destello luminoso, esa iluminación de luna llena en un transitar de más oscuros que claros, de más dolor que placer, por más que nos quieran vender las maravillas tramposas del pensamiento positivo, el optimismo, el hedonismo y demás fantasías rosado truculentas, está en proceso de descomposición.
La sociedad de las redes sociales, del culto a lo inmediato, de la gratificación instantánea de los deseos, el materialismo descarnado, el falso individualismo sin individualidad que reina, la atomización, la hipersexualización de la infancia y adolescencia está triturando la maravillosa apertura, el dinamitar murallas, el reconocerse frágil al abrirse a otros, que representa la joya de la amistad.
La amistad va siendo abandonada por la búsqueda de la pareja . Parece que sólo esta provoca felicidad, sin embargo, paradójicamente, las circunstancias sociales antes mencionadas también provocan la debilidad de las relaciones amorosas, y posiblemente del propio eros.
Es triste comprobar como cuando pareces encontrar gente con la que vincularte, con la que te sientes capaz de una apertura del alma, resulta un espejismo. Ya no vuelve a haber encuentro, o lo hay muy tardíamente .Todos volvemos a refugiarnos en nuestro Yo, o volvemos a la búsqueda de esa pareja perfecta, que no existe ni existirá. Y que se volatiliza en el aire. E incluso eres utilizado como instrumento para encontrar ese chico o chica que interesa.
La quiebra de la amistad es reflejo de la quiebra individual y social, de la deshumanización que para colmo de males la pandemia ha multiplicado como plaga terrible, con sus silencios y bozales, de la constitución de una sociedad vaporosa, gaseosa, donde todo se disuelve en un abrir y cerrar de ojos.
Lo ideal para las autoridades e instituciones. Es evidente, para acabar, que si emerge un pensamiento realmente crítico-lo que implica la desaparición de los viejos y decadentes residuos de viejos y "nuevos" ideales, que en realidad son clones del régimen, como el marxismo o el anarquismo,o más recientes como el feminismo, el ecologismo institucional, las ideologías identitarias, nacionalistas y multisexuales, con todos sus delirios- la amistad debe recuperar un lugar esencial.
Sin amistad, amistad real, sin intereses espurios de ninguna clase, no habrá humanidad. Pues la amistad es encuentro, diálogo, risas y llantos, liberación y purga interior, comprender y no juzgar, y voces y manos cálidas y afectuosas. Aquellas que te acunan, como la familia, en los momentos malos por los que atravesamos en este camino de amaneceres y anocheceres de espinas que, a veces, parecen no tener fin.
domingo, 25 de octubre de 2020
Corpus Christi
Extraordinaria película polaca en la que un joven de un reformatorio descubre, a través de un sacerdote peculiar, una profunda fe católica.
Obtenida la libertad condicional es enviado a un pueblo para trabajar en un aserradero, pero diversas circunstancias hacen que logre hacerse pasar por cura, supliendo al religioso local durante un tiempo. Más allá del engaño, la película nos muestra las dos formas de entender la fe: la ritualística y vacía, más apariencia que realidad, y la más cercana a la imitación de la vida de Jesús, basada en la vida de la comunidad, la ayuda y el perdón, pues el pueblo en el que se instala el joven sacerdote ha sufrido un golpe muy duro, generándose un clima de hostilidad y odio latente entre sus habitantes, a veces solidarios y otras mezquinos y juzgadores de las vidas ajenas.
Nuestro joven protagonista, que por cierto actúa de manera extraordinaria, con miradas y silencios que hablan, va profundizando en su vocación, aunque falsa oficialmente, cuya pasado criminal no le permite ejercer, en lo que puede considerarse otra crítica al fariseísmo de la Iglesia. El final, brutal, demoledor, hiriente, doloroso como las laceraciones sufridas por Cristo, como la corona de espinas sobre su cabeza sangrante, te dejan sin aliento, como una paliza en tu interior, en tu corazón, en tu alma, saliendo del cine con una sensación de profunda desolación, pero a la vez de gratitud por haber visto una pequeña joya que retrata la lucha interior de los seres humanos, sus grandezas y miserias, la venganza y el perdón, siempre en pelea continua en cada uno de nosotros, seres incapaces de entender lo breve de nuestro paseo por la vida, y lo inútil de la avaricia, del amor al dinero y al poder, como si todo eso que nos ata y destruye fuera con nosotros bien al más allá, bien al Vacío infinito.
sábado, 3 de octubre de 2020
La gaviota
En el Teatro La Abadía he tenido ocasión de ver una versión libre, yo diría libérrima, de la obra de Chejov, La Gaviota.
Sobre el escenario, un grupo de actores, en una casa de campo, entorno a un lago, hablan de sus sueños, de sus frustraciones, de sus reflexiones. De lo difícil que es lograr el éxito teatral, y de cómo, incluso aunque éste se alcance, siempre falta algo que hace que la felicidad pase de largo, como un coche a toda velocidad dejando a la persona al frío de la intemperie, de la soledad.
Traiciones, enfrentamientos, enamoramientos y desenamoramientos, celos, soledad, pero también sentido del humor recorren esta peculiar adaptación de la obra de Chejov, que no transcurre en Rusia ni en tiempos pretéritos, sino en un ahora que no por ser ahora, ha sido, es y será a lo largo de la historia. Arte y vida mezclados en el escenario, con interrogaciones que nos interpelan a todos, dirigiéndose de lleno a nuestros corazones.
sábado, 26 de septiembre de 2020
La inteligencia artificial o el desafío del siglo. Anatomía de un antihumanismo radical
Eric Sadin ha vuelto a sorprendernos y entusiasmarnos con un nuevo libro donde analiza críticamente la tecnología más actual. Después de haber leído La humanidad aumentada y La silicolonización del mundo, la editorial Caja Negra publica La inteligencia artificial o el desafío del siglo. Anatomía de un antihumanismo radical.
En este vibrante texto Sadin pone su lupa sobre la inteligencia artificial y el avance que supone en el ámbito de la destrucción de nuestros valores y capacidades, de aquello que nos hace humanos e implicaba un espacio, mayor o menor, de responsabilidad, riesgo, creación, sociabilidad y autonomía. Y es que el desarrollo de la inteligencia artificial nos sumerge en un nuevo régimen, en un nuevo estadio de la humanidad .En este nuevo estadio, va triunfando la idea de una inteligencia que puede tomar decisiones y guiarnos, e incluso enunciar una o unas verdades, por encima de nuestras capacidades, pues estas nuevas inteligencias pueden manejar e interrelacionar una masa de datos que no está al alcance de los individuos.
Estos procesos invasivos y de sustitución va desde compras, los más aparentemente inofensivos, hasta la economía, la vida social o amorosa, la sustitución de profesiones, al menos de manera parcial, como podría ser realizar diagnósticos médicos, llegando a poder eliminar la política, como lugar donde se debate y delibera entre una pluralidad de ideas hasta alcanzar un acuerdo, una decisión, con sus riesgos, y terminando por la invasión de nuestro organismo por chips o elementos de control, presentados como mecanismos de perfeccionamiento de nuestra condición humana, que se presenta como imperfecta e inferior.
El desarrollo del mundo de la digitalización, de la inteligencia artificial, trae consigo un antihumanismo radical, que margina lo humano, tomando decisiones por nosotros en cada vez más ámbitos, suprimiendo la duda, los errores, las divergencias.
El libro termina con una defensa del trabajo humano libre y creativo, de la autonomía, de la divergencia como arma de combate contra el nuevo mundo que se fragua a nuestro alrededor sin hacer ruido. Y con un divertido y estupendo capítulo final donde da voz a un pulpo, un ser de capacidades extraordinarias, pero naturales, al que pone como ejemplo a imitar, huyendo de la moderna obsesión por escapar de nuestras imperfecciones.
Eric Sadin es para mí uno de los grandes ensayistas, lúcidos y críticos, del mundo actual y su tecnología antihumana. No se lo pierdan.
sábado, 19 de septiembre de 2020
Reflexiones sobre el nuevo régimen capitalcomunista
Sin apenas darnos cuenta, como un ladrón que nos roba la billetera sin ser conscientes de nada, uno ha llegado a la conclusión de que se está instalando un nuevo régimen . No creo, aunque no me cierro a nada, a que haya un plan detrás de todo. Me inclino más a la tesis de que la pandemia ha acelerado enormemente el proceso de quiebra, de decadencia, y no sólo económica, que se percibía desde hace al menos una década.
Y en estos procesos críticos, a veces muy lentos, a veces acelerados, siempre aparece la respuesta autoritaria .Se vivió tras la primera guerra mundial y tras el crack del 29, con el comunismo y el fascismo. Ahora está aconteciendo algo que tiene similitudes y diferencias. No hay, de momento, guerra mundial. Sí avisaban los especialistas de una nueva crisis económica. Finalmente la pandemia nos ha destrozado, reforzando los problemas económicos que ya padecíamos.
Podemos hablar de la obligatoriedad de la mascarilla como el símbolo del nuevo orden. Junto con los confinamientos y el Estado de alarma, más todas las restricciones. Propuestas como la cartilla Covid-19, que no salió adelante, y sobre todo medidas como la vigilancia de los afectados a través no solo de policías, sino de civiles en Zaragoza, que apenas se mencionó, y de la que no se ha vuelto a hablar, marcan momentos de lo que podemos definir como nuevo régimen en proceso paulatino de instauración.
El nuevo régimen sería el de la gestión de la miseria. Y no se limita al aumento del control policial y la probable militarización, que puede llevar a que en poco tiempo encontremos al ejército patrullando por la calles de Madrid .Hay otros aspectos como las fusiones bancarias, de la que ya hemos vivido una, la de la Caixa y Bankia, más absorción que otra cosa. Pero en el corto plazo vendrán más .Todo apunta a la creación de dos o tres megabancos. Esto se ha presentado como una gran noticia, por aquello de la unión hace la fuerza. En realidad es un síntoma de los problemas del sector financiero y la posibilidad de quiebras. Se va a una creciente concentración de poder económico, un gigante en realidad con pies de barro. Por que: ¿qué hace pensar a muchos que la fusión, o fusiones, impiden la caída de megabancos?. Eso por no hablar de los despidos que traerán semejantes operaciones
Resulta curioso haber escuchado a titulados liberales apoyar estas medidas .¿Dónde queda el mercado libre y la benéfica competencia?. Parece que , al menos en este caso el libremercado y la libre competencia no interesan. Nada extraño para quienes sean conscientes que el grueso de los liberales españoles oscilan entre el conservadurismo y la ultraderecha, o la derecha nacionalpopulista de Vox, véase el ejemplo de José María Marco o Amando de Miguel.
La caída o desaparición de muchos autónomos y de pymes, también hace barruntar una concentración de poder de grandes empresas, que son casi las únicas que pueden resistir una situación como la que estamos atravesando. Esto no significa que yo sea partidario de ese discurso que ensalza las bondades y maravillas de lo pequeño, en este caso la pequeña empresa, frente al mal de la gran empresa. Este discurso, habitual en ciertos sectores de izquierdas o alternativo, me resulta muy simplista. ¿Cambian la precariedad, los abusos o la explotación del hombre por el hombre dependiendo del tamaño de la empresa? . No obstante, sí considero negativa esa gran concentración de poder que se avecina, pues una economía sana es una economía diversificada, con pequeñas y grandes empresas-en mi ideal autogestionadas-.
Otra característica del nuevo régimen es la unión entre el aparato tecnocientífico y el Estado. Todas las medidas impositivas implantadas en España, como el bozal obligatorio en espacios abiertos, que no se dan en otros países, son lanzadas y apoyadas por buena parte del sector de la tecnociencia. Estado y tecnociencia españolas se han fusionado, lo que no deja de ser una pésima noticia, pues la coacción y la represión se perfeccionarán.
También la llamada economía verde y la digitalización se convertirán, ya lo están haciendo, en dos ideas con las que engañar a la gente presentando gracias a ellas una futuro tan maravilloso como irreal. La etiquetada economía verde, no pasa de ser un proceso de transferencia de rentas del trabajo al capital, en una fase de enorme dificultad del Capital en generar un nuevo proceso de acumulación. Tampoco alcanza uno a entender la idea de que la digitalización nos va a sacar de la crisis. Si el desarrollo tecnológico no ha evitado el colapso sanitario con un virus de baja letalidad-afortunadamente, aunque no por eso poco dañino-, ¿qué lleva a pensar en la digitalización como salvación?. Todo es humo sobre humo. Eso sí, la digitalización será esencial para acabar con el dinero físico, otra medida en el fondo autoritaria, pues permitirá controlar y llegado el caso expoliar los ahorros de los ciudadanos.
Pandemia, miseria, fusiones bancarias, concentración del poder, control militar, policial y tecnocientífico de la población, economía "verde" y digitalización. Todo esto me lleva a definir, aunque definir es un ejercicio que reconozco simplista, al nuevo régimen español de "capitalcomunista". Un híbrido entre un capitalismo con cada vez menos mercado libre-en realidad el mercado libre hace muchísimo que es más ficción que realidad- y el comunismo, entendido no tanto en el sentido de totalitarismo brutal, burocratización absoluta y planes quinquenales del marxismo leninismo-aunque la represión irá in crescendo-, sino de una concentración creciente de poder estatal y económico, ya que tanto el Estado como la economía capitalista están quebrados, y ambos se necesitan para reconfigurar un nuevo sistema.
Nuevo sistema que para hacerse más digerible, como aconteció en la desindustrialización de los ochenta, necesita de las izquierdas en el poder . Con ellas al mando, las posibilidades de una revuelta se debilitan, pues éstas se presentan como aliadas del pueblo, como sus defensores .Y en esas estamos, con la posibilidad, incluso, de que se presente la opción de una República como nuevo anzuelo, como lámpara atrapapolillas.
El futuro se perfila muy inquietante, con hambre a las puertas .¿Despertará la juventud, los padres y los abuelos ante la muerte de los paradigmas de la podrida Modernidad, y la negrura que ha caído a plomo sobre todos, sobre nuestras vidas? . Si no lo hacemos, no podremos protestar cuando seamos engullidos en las puertas del infierno. Habremos sellado nuestro destino, el de recursos humanos ya inservibles en gran número.
https://youtu.be/6WgKPp7QuEg
sábado, 29 de agosto de 2020
Reflexiones contra el clima de terror, la telegestapo, el totalitarismo tecnocientífico y el irracionalismo negacionista
Muchas son las cosas que están sucediendo desde la aparición del coronavirus, y muchas las que están cambiando. En un principio las autoridades nos dijeron que en nuestro país no iba a suceder nada, para desde hace un tiempo generar un clima de terror, sostenido por las televisiones, tertulianos y presentadores, especialmente presentadoras, las más fanáticas por lo que he podido ver .
En estos programas se denuncia sin cesar a los incívicos, irresponsables... que realizan fiestas, botellones, no usan mascarillas y demás . Todos los días nos desayunamos con noticias de rebrotes, que van en aumento, eso sí, sin decir en general los que son asintomáticos, los ingresados, con lo cual no deja de resultar una información sesgada, pues pocas conclusiones podemos sacar de esas cifras.
Las televisiones, mutadas cual virus en una especie de telegestapo, regañan y amenazan hasta a los que no se ponen bien las mascarillas, no digamos a quienes argumenten contra su uso generalizado .Y sólo escuchamos las voces de los sanitarios afines a su discurso, salvo excepciones más bien motivadas por accidente. No parecen ver la contradicción absoluta que supone haber impuesto el bozal en espacios abiertos con el incremento de casos, cuando en los países europeos, que se usa muy poco la mascarilla, en general el porcentaje de infectados es mucho más bajo.
Sobre esto ni una palabra,como tampoco la última contradicción kafkiana: elogiar la ventilación e ipso facto volver a pedir el uso del bozal .La imposición de la mascarilla implica que estamos teóricamente ante un virus que puede contagiarse y matarnos sólo con respirar, lo que no casa con la defensa de la ventilación como medida preventiva.
La telegestapo, ya sea para curarse en salud, ya siguiendo órdenes del gobierno, o una mezcla de ambos, está generando un clima de terror, sosteniendo unas medidas preventivas extremas, irracionales, antihumanas, sobre las que no hay en realidad evidencias científicas, más allá de decir que la mascarilla es un elemento protector .Para más inri ,hace unas semanas se nos informó de que los bozales, si no son recambiados o utilizados correctamente son un hervidero de virus. Más y más contradicciones absurdas.
Es como si viviéramos inmersos en una casa de los horrores donde ha emergido una suerte de totalitarismo tecnocientífico, lo de científico entre comillas, porque la verdadera ciencia se basa en la observación, y no parece que estas medidas tengan muy en cuenta la observación. Por otra parte es un clima de terror tuerto e hipócrita.
Se ha atacado a los jóvenes irresponsables, fundamentalmente, y se ha defendido las mayores restricciones y cierres del ocio nocturno, y actualmente hasta de parques y piscinas. Pero resulta sumamente curioso y sospechoso como las residencias, donde ha muerto la mayor parte de la gente, no han sido ni son objeto de una visión realmente crítica .No se plantea ya no su cierre, sino al menos que quienes puedan saquen a los ancianos de esos centros de muerte. Tampoco he leído hasta ahora ningún estudio sobre por qué es tan alta la mortalidad en ellas, más allá de decir que no han sido medicalizadas.
Y es que en realidad los ancianos molestan en este sistema, en esta sociedad de mierda, donde nos hemos tragado la burda trampa de que lo que nos realiza como seres humanos es el trabajo. Un trabajo cada vez más mísero y escaso, que acabará por arrastrarnos a la mayoría a lo que hasta hace poco veíamos como países ajenos, más bien planetas marcianos, que jamás llegarían a nosotros: el tercer mundo. Pagaremos las consecuencias de tragarnos las mentiras de la liberación por el trabajo esclavo, así como por la tecnología, y por el espíritu hedonista de viajes, fiestas y diversión en los ratos libres, para olvidar esta vida de podredumbre y miseria individual y social.
Dicho esto, conviene también ser críticos con los que niegan la existencia del virus. Aquí entramos en un tema complejo: junto con el colapso y la decadencia social, hay que incluir el colapso del pensamiento crítico. Éste está cayendo en un irracionalismo que pretendiendo ser crítico con la autoridad, pretende negar todo: desde el COVID hasta la esfericidad de la tierra .
En su afán crítico bienintencionado se adscriben a cualquier teoría. Así he escuchado a algunos decir que las muertes por coronavirus se deben al 5G, o hasta el WIFI. Oponiéndose a las teorías oficiales por falta de rigor, caen en el mismo defecto. Criticando el borreguismo y la sumisión de la población, ellos son iguales con su ciega fe en determinadas creencias o teorías.
Criticando los males tecnológicos, o los defectos de la medicina oficial, rechazan como mala toda vacuna y se suman con fervor a la defensa del curanderismo, de la salvación de las enfermedades por cualquier brebaje natural .Como si en ese mundo no hubiera timadores y sacacuartos.
El pensamiento crítico debe aferrarse al sentido común, a unir lo positivo del presente con lo positivo del pasado .A pasar por un filtro crítico, no sólo las teorías oficiales, sino las llamadas alternativas, entre ellas la del dominio del mundo por trece familias. Porque curiosamente, este mundo crítico y sus teorías,aunque yo acepte la influencia de algunos individuos, de algunos multimillonarios-cuanto más pasta tengas más posibilidad tienes de influir, si es tu intención, en lo político- no nos permite ver la raíz de los males, sus estructuras,su lógica en gran parte impersonal-la acumulación de capital- sus instituciones, que van más allá de Soros, por ejemplo. Y, en la práctica, aunque no quieran verlo, acaban haciendo de bufones del sistema, de servidores. Pero este, es otro tema.
domingo, 9 de agosto de 2020
De la miseria espiritual a la miseria material: la quiebra de la propaganda de la Modernidad y el principio del fin del primer mundo
Mucho es lo que el COVID está destruyendo en el mundo. Lo fundamental, por desgracia, las vidas humanas. Pero también, por detrás de todo, esa retórica, ese paradigma, esa propaganda que nos situaba en el mejor de los mundos posibles, con unos adelantos tecnológicos que harían imposible que, en el primer mundo, en los países llamados ricos y desarrollado,s pudiera aparecer una pandemia, que se pensaba era cosa del denostado Tercer Mundo.
Incluso uno recuerda tertulias, debates, donde ya se hablaba de lo cerca que estábamos, sino de la inmortalidad, sí de prolongar la vida hasta límites insospechados .Todo gracias a esa tecnología que era vista como algo maravilloso, que nos solucionaría todos los problemas. Ni siquiera se solía tener en cuenta que seguimos viviendo en una sociedad de clases, donde unos dominan y explotan a otros, y por tantos los adelantos tecnológicos podían ser usados por unos, y no por otros, aumentando la brecha de la desigualdad de poder y salarial.
Pero ha bastado una enfermedad infecciosa, que, sin ser moco de pavo no es el Ébola o la peste negra, para tumbar todo ese discurso grandilocuente.Las economías han quebrado y, con ellas, las banderas de la Modernidad. Parece que nos encaminamos a la definitiva cuasi desaparición de la clase media, a una nueva oleada de recortes, de empobrecimiento de la que ya veníamos .La fortaleza del primer mundo capitalista, muchos de cuyos habitantes consideraban inexpugnable, islote ajeno a los gritos de dolor y hambre del resto del mundo, cae como caen todos los sistemas e imperios, del romano al soviético.
Sin embargo, antes de la miseria material, precursora de ésta, llegó la miseria espiritual. La de unas sociedades vaciadas, sostenidas por unos pies de barro: la promesa, el supuesto pacto social-mera ficción-, de que cada generación viviría mejor que la anterior. Más dinero, más viajes, más diversión, más placeres,más viviendas, más comodidad, más escuelas y universidades...Eso ha demostrado ser un mito .Pero es un mito que nos ha destruido como individuos. Quien osara ponerlo en duda era tildado de catastrofista, de cenizo, de agorero
Las personas nos convertimos en poco más que estómagos andantes, anhelantes del próximo goce. No se tuvo en cuenta, estas sociedades laicas y descreídas, de que creaban y habitaban una nueva religión mesiánica y cutre, la del progeso indefinido, la del enriquecimiento y acumulación permanente de capital .Acumulación que también era, y de hecho es en primer lugar, de poder .Generándose un concepto de libertad ajeno al autogobierno y al autocontrol individual, sino vinculado al hedonismo.
Se esfumaron hace décadas cualquier planteamiento seriamente antagonista y crítico, siendo sustituido por modas diversas e ideas divisivas, que nunca permitirán organizar algo que pueda sustituir al régimen : animalismos, antivacunas, multiidentidades sexuales para todos los gustos, nacionalismos, racialismos destructores de estatuas del pasado, decrecimiento,feminismos, y un largo etcétera de movimientos productos de la descomposición de los individuos, todos ellos beneficiosos para el Poder de una u otra manera .
El valor de la conciencia moral, como base a través de la cual basar todo, tecnología incluida, no fue tenido en cuenta, más allá de los discursos hipócritas dirigidos a niños por sus familias e Iglesias, pero que cualquiera de ellos podía darse cuenta que era eso, hipocresía. El amor real, lo que se elogiaba y se elogia en la sociedad de los adultos es el éxito laboral, económico, incluso sexual . Lo demás, pura charlatanería.
Así nació y creció esa sociedad del vacío, la de las personas que eran en relación a lo que compraban, consumían, disfrutaban y gozaban, materialmente hablando, aunque luego pudieran ser fervientes "cristianos" de misa y comunión, o izquierdistas y progresistas entusiastas.
Sociedad que ha durado lo que dura un caramelo en la puerta de un colegio. Aniquilada, aplastada la sociedad de los valores, o El hombre rebelde que diría Alber Camus, ¿cómo vamos a afrontar el tercer mundo que ya llega a nosotros, en primer lugar a nuestro país, España, donde todo está quebrado, Estado incluido?. Lo mismo el resto de Occidente, sostenido artificialmente por inyecciones masivas de dinero.
Sin espíritu fraternal, sin volver la vista a otro concepto de libertad, sin volver a reconstruir la conciencia moral ,solo nos espera la derrota más espantosa .Unos antes, otros después, pero nuestra hora habrá llegado.
domingo, 2 de agosto de 2020
Under the skin
jueves, 23 de julio de 2020
Catastrofismo, administración del desastre y sumisión sostenible
sábado, 11 de julio de 2020
Más allá del big bang. Un breve recorrido por la historia del Universo
miércoles, 1 de julio de 2020
Melancolía de los veranos de felicidad
sábado, 6 de junio de 2020
Elogio de la senectud
sábado, 23 de mayo de 2020
Reflexiones críticas y autocríticas sobre España y su sociedad
lunes, 6 de abril de 2020
Tras la debacle: por una fraternidad de fraternidades universal
sábado, 21 de marzo de 2020
Reflexiones sobre el coronavirus, las izquierdas del capital y el futuro que se perfila
https://www.ivoox.com/ajx-enviar-audio_rs_49023433_1.html