domingo, 24 de octubre de 2021

Muerte de un viajante

 Extraordinaria adaptación de una obra teatral del escritor y dramaturgo Arthur Miller. Muerte de un viajante retrata los últimos tiempos de vida de Willy Logan, un viajante que vive obsesionado con el sueño americano, con llegar a triunfar en la vida, hacer dinero, recibir la admiración de los demás. Agotado, interiormente frustrado, cada vez más marginado en la empresa a la que ha entregado toda su vida, traslada su obsesión, sus sueños irreales, a sus hijos .

Especialmente al mayor, un buen deportista, pero no tan buen estudiante . Éste acaba teniendo una relación tormentosa con el padre, buscando romper con los valores materialistas en los que ha sido educado más la presión por triunfar y llevar una vida totalmente diferente, aunque en su interior sigue más apegado a ellos de lo que quiere creer, y solo al final es capaz de descubrir la verdad, la realidad: todos ellos son gente normal, o mediocre. Los sueños de grandeza, de gustar a los demás, sólo generan insatisfacción y una vida falsa.



La obra es una crítica de un capitalismo desalmado, que genera una competencia feroz y unos sueños ajenos a la realidad, con la acumulación de dinero como constante anzuelo, pervirtiendo los sentimientos elevados y humanistas y haciéndonos llevar vidas amargas y tormentosas, buscando ser lo que no somos, fingiendo con las caretas que llevamos a cuestas con los otros el ser lo que no somos..

Si pueden verla, no se la pierdan, pues también están muy bien retratados el resto de personajes que circulan por Muerte de un viajante: la esposa comprensiva que todo lo tolera, el hijo secundario del que nadie espera nunca nada, la amante, el jefe explotador... En resumen una magnífica historia que no ha perdido nada de actualidad.

sábado, 16 de octubre de 2021

Maixabel

 Emotiva película de Icíar Bollaín que nos lleva a un tema tan doloroso como peliagudo: los asesinos de ETA y sus víctimas, el dolor, la crueldad y el perdón. Maixabel es la viuda del político socialista José María Jáuregui, brutalmente asesinado de un tiro en la cabeza en el año 2000 .Dos vidas rotas que intentan salir adelante, ella y su hija.

Algo empieza a cambiar cuando recibe la insólita petición de uno, y luego dos de los asesinos de su marido, que buscan expiar su terrible acción. ¿Es lícito o si quiera posible escuchar a quienes rompieron tu vida, la sumergieron en un pozo de amargura, en una existencia de arrastrar los pies y seguir adelante con químicos? .¿Es posible el perdón?. ¿Qué pasa por la cabeza de alguien que se transforma en un monstruo sediento de sangre, que celebra los atentados y qué hace que algunos reflexionen, cambien y retomen su humanidad?.



Todo esto lo vemos desplegarse en Maixabel, junto al retrato de una sociedad como la vasca, enferma de silencios y odios, donde familiares de sangre se negaban a condenar el atentado de alguien muy cercano, con quien compartió momentos de felicidad, encuentro y cariño, rota por los demonios del fanatismo.

Las interpretaciones, especialmente las del siempre brillante Luis Tosar, metido en la piel y el cerebro de un etarra atormentado, son magníficas. Así que, sin más, les animo a que no se pierdan la película.


jueves, 7 de octubre de 2021

No me tapes el sol. Cómo ser un cínico de los buenos

 Magnífico libro de Eduardo Infante, que nos acerca a una corriente filosófica marginada, denostada, condenada al rincón del olvido, el cinismo. Concepto que, para remate, ha tomado un significado totalmente diferente del que enarbolaron los cínicos, que no era el de mentira y falsedad, de adaptación a la sociedad y al orden de cada época, sino lo opuesto: franqueza, sinceridad, búsqueda de la verdad, rechazo de los convencionalismos y las normas sociales que no pasan por el tamiz de la razón.

El cinismo surge en una época de crisis del mundo griego en todos los aspectos: político, social, moral...Una época donde las antiguas certezas, el ideal de vida de la polis, el sueño de un imperio mundial de influencia griega se desmorona. Algo no muy distinto a nuestra época, por cierto. En este sustrato emerge una corriente de filósofos alternativos, contestatarios, que hacen bandera y vida de valores como la autosuficiencia, es decir la ausencia de necesidades, la autarquía, que es que uno por sí mismo puede ser feliz y la autonomía, que viene a significar el gobernarse cada uno a sí mismo guiado por su razón.

Los cínicos decidieron rechazar el gregarismo, los valores de su sociedad. Consideraron que la vida feliz era aquella sencilla, inspirada en la naturaleza, donde se debían restringir las necesidades materiales al mínimo, huyendo de la búsqueda del lujo y el confort material. Lo esencial era la virtud y la libertad. Virtud entendida como el fortalecimiento del carácter, pero también del cuerpo, para afrontar los golpes y penalidades de la vida. Y la libertad entendida como no ser esclavo de los objetos materiales, jamás perseguir la riqueza, dar importancia al dinero, buscar la gloria y el honor, ser elogiados y admirados.



Al contrario, sus figuras buscaban el rechazo y la reprobación de la manada social, ejercitándose en actividades que les permitían vencer la vergüenza: entrar a un teatro cuando todos salían, caminar marcha atrás, salir a pasear con un arenque... Su rechazo de las convenciones sociales les llevaba incluso a fornicar en público, imitando al perro, de donde viene originalmente la palabra cínico. La palabra perro era un insulto en aquel mundo, por lo que los cínicos lo adoptaron como animal a seguir.

Esta escuela rehuía  la búsqueda del placer, pues tal búsqueda nos acerca a la esclavitud, a una vida de ansiedad y miedo. No rehuía, sin embargo, la satisfacción de los placeres sencillos y naturales, cuando se presentaba la oportunidad o apretaba la necesidad: comer y beber en el ágora o en templos, e incluso la masturbación.

Sus actividades, su forma de vida-no olvidemos que si la filosofía clásica buscaba ser una forma de vida, el cínico la representa de manera total y coherente- buscaban también la ataraxia, o sea la serenidad. Estos filósofos pueden considerarse, aún si consideramos algunas de sus obras un tanto excesivas, unos verdaderos héroes. Es conocida la animadversión de los cínicos, principalmente Diógenes, por la filosofía oficial, especialmente Platón. Los cínicos rechazaban la centralidad que éste daba al mundo del ideal, de una suerte de modelo eterno e inmaterial del hombre,  así como a cualquiera que vendiera la felicidad en una vida eterna olvidando nuestras vidas en el mundo material del ahora.

Rechazaban el sistema educativo de confinamiento, teoricismo y por ciclos, diciendo que una verdadera educación debería preparar para la vida real. Consideraban que la educación creaba esclavos, gentes que aceptaban los valores de la sociedad, es decir preparaba para ser un ladrillo del muro, pero no entrenaban en la virtud.

Eran críticos de la esclavitud, idea tan sorprendente para la época como los poquísimos que hoy se atreven a condenar el trabajo asalariado, continuador de la esclavitud. Eran cosmopolitas, es decir toda la Tierra y el Cosmos era su patria. Creían en la igualdad de sexos, rechazando el patriarcado absoluto de la sociedad griega, y ahí tenemos a la filósofa cínica Hiparquia, mujer del también discípulo de Diógenes, Crates.

No creían en ninguna forma de Gobierno, sino en la razón como guía, es decir sostenían una suerte de comunidad autogobernada a través de acuerdos y pactos libres. Combatían a los tiranos y no se acercaban al poder ni a los poderosos.

En fin, estamos ante una escuela de hombres y mujeres extraordinarios, valientes, que buscaban subvertir los falsos valores de la sociedad y curar a las personas para llevarles a una vida feliz imitando a la naturaleza y a los animales con una vida frugal y más salvaje.

En una época moribunda como la nuestra, donde todo se está viniendo abajo, incluida la educación oficial y familiar, aquella ficción conformista del estudia y serás alguien en la vida, tendrá un buen sueldo y disfrutarás en tu tiempo libre de ese consumismo y esos placeres artificiales y vacíos, puro aparato propagandístico  que se disuelve como un azucarillo ante la realidad tozuda, el renacimiento de corrientes filosóficas y espirituales de vida como la cínica, sería una gran noticia. ¿Lo veremos?. Me temo, siendo sincero, que no. Al menos en mucho tiempo.