Ya están en marcha diversos proyectos, especialmente dos, de control absoluto, el identificador digital y las monedas digitales, las llamadas CBDC.
Ambos son presentados por las autoridades, como no podía ser menos, como positivos .Las monedas digitales supuestamente servirán para hacer casi imposible el blanqueo de dinero, los paraísos fiscales, pues el dinero digital deja un rastro detectable que permitiría saber qué se está haciendo con el dinero, para qué se usa. El identificador digital es vendido como un mecanismo que permite almacenar todo tipo de documentos en la cartera digital y poder realizar con mayor comodidad cualquier operación bancaria o de otro tipo, sin tener que pasar por diversos trámites y pérdidas de tiempo.
Esto lógicamente es lo que venden las oligarquías o clases dirigentes. La realidad es que con la desaparición programada del dinero físico y sus sustitución por el digital van a saber en que gastamos nuestro dinero, lo cual implica un control totalitario de nuestras actividades.
Ambos mecanismos, sumado al uso de la inteligencia artificial y las cámaras de videovigilancia despejan el camino hacia una sociedad esclavizada, de control absoluto .A través de tales mecanismos el sistema de dominación imperante puede decidir, por ejemplo, que se gaste el dinero en un tiempo determinado, y en determinadas actividades, castigando y lanzando a la marginalidad a quienes se resistan a ello, levantando un régimen similar al chino de crédito social, donde a los "malos " ciudadanos se les podría castigar prohibiéndoles viajar, por ejemplo u otras actividades como comprar o vender durante un tiempo.
Por otro lado el identificador digital es probable que se acabe implantando como un chip en alguna parte del cuerpo, asemejándose a lo que en el apocalipsis se llama la marca de la bestia. Quien renuncie a llevarlo no podrá comprar ni vender, quedará expuesto a la pobreza y marginación más extrema.
En este sentido nos encaminamos a la muerte de la libertad, pero también del alma humana. Los hombres y mujeres iniciarán el camino hacia la robotización, a la extinción de lo que hemos sido hasta ahora, seres con cierto grado de autonomía individual y colectiva, aunque cada vez más reducida.
El sistema logrará su objetivo, disponer de una masa esclava, un rebaño digitalizado, que con la perfección de los métodos de seguimiento y control nunca se rebelará y asentirá dócilmente las órdenes del régimen tecnocapitalista y totalitario.
Nos encaminamos, nos quieren encaminar hacia un tiempo nuevo, el de los seres posthumanos, con su alma extraída y triturada, gente de apariencia humana pero que ya no seremos tales, si no algo nuevo, algo innombrable, ni humano ni animal-pues los animales se resisten al menos un tiempo-.
El homo sapiens se disuelve en la niebla tecnocrática, liquidado por su culto a la tecnología, emergiendo una nueva especie, ni humana ni animal, carente de cualquier instinto de libertad y de humanidad .Un mundo oscuro se está abriendo paso.
¿Seremos capaces de detectarlo o la comodidad nos llevará a la muerte del alma humana?. El tiempo, no tan lejano, dirá.
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