martes, 3 de mayo de 2022

Pandemia y posverdad. La vida, la conciencia y la Cuarta Revolución Industrial

 Estamos ante un breve y magnífico texto de Jordi Pigem, filósofo nacido en Barcelona en el que, basándose no solo pero especialmente en Huxley y Orwell, con sus respectivas distopías, analiza el aumento de las medidas de control y autoritarias impulsadas tras la pandemia del COVID.

También nos habla  de los planes de las élites tecnofinancieras, con el Foro Económico Mundial entre otros, en los que se ha defendido el llamado Gran Reseteo: escondido tras fraseología ecologista, late el intento de destruir la esencia humana, de crear un mundo donde se una lo biológico con lo tecnológico y digital. Todo este proceso, que el autor sitúa en sus inicios en Descartes y en el método científico de analizar solo lo medible y observable, lo cuantificable, lo aislable, está llevando a personalizar a los robots y a robotizar a los humanos.



La Cuarta Revolución Industrial está provocando un eclipse de la conciencia y del pensamiento crítico, a una vida vaciada de sentido, donde no hay asideros, más que entretenimientos y diversiones enlatadas y vacuas, con sus mundos artificiales, que no pueden  evitar el enorme aumento de depresiones, suicidios o ideas suicidas, especialmente en los jóvenes, amplificadas por las medidas represivas, de bozal y confinamiento provocadas por la pandemia .

Para Jordi vamos hacia un modelo mixto del Gran Hermano de Orwell y Un mundo feliz de Huxley, con el sistema chino como modelo al que acercarse. En resumen, entramos en una era de grandes transformaciones que las élites estatales y tecnofinancieras no han escondido. Veremos que sucede y si logran o no implementarlas.

2 comentarios:

  1. Solo puedo contemplar las cosas desde mi atalaya como ciudadano que observa el mundo a su alrededor, no tengo estadísticas que me den fe de ese vaciamiento y eclipse de la conciencia y del pensamiento crítico. Yo no vivo eso ni lo percibo en las personas que están cerca de mí -aunque reconozco que mi perspectiva es limitada-: pienso en amigos, en vecinos, en familia, en los camareros que me sirven en los bares... Creo seguir detectando una dimensión humana que no coincide con la que da este libro sobre lo que se supone que somos. He sido profesor muchos años y tengo relación con exalumnos que tampoco coinciden con este pesimista análisis. Creo que no estamos inermes ante el poder: la familia es un resorte en nuestro país que nos fortalece. Y mucha gente se hace preguntas e intenta contestarlas. Pienso que Jordi Pigem parte de una idea, la de que el mundo debe ser de una manera: superficial, banal, carente de sentido crítico... Y él forma parte de un faro de inteligencia que le permite observar y diagnosticar de modo pesimista el estado de las conciencia del mundo. No sé si la gente es tonta pero la que tengo a mi alcance no lo es, y hasta en el más humilde camarero atisbo una interesante dimensión que lo hace seguir siendo complejo.

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    1. Dos visiones contrapuestas, lo cual es muy enriquecedor. Un saludo Joselu.

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