En el Teatro Español se está representando una extraordinaria obra de Ibsen, Espectros. La citada obra ,escrita en las últimas décadas del siglo XIX, nos sitúa ante una familia aparentemente ejemplar. Sin embargo, nada es lo que parece, y ese marido, ya muerto y hacia el que se prepara un homenaje, acaba siendo una persona opuesta de lo que se pretendía en aquella sociedad patriarcal, un mundo que empezaba a resquebrajarse, a ser criticado, pero que aún sostenía vidas falsas, apegadas a la mirada ajena, al qué dirán, a un orden que se pretendía eterno.
Espectros tiene grandes diálogos, agudas reflexiones, especialmente entre la viuda y un sacerdote amigo, ambos secretamente enamorados. Y el hijo, que desconocía la farsa en que vivían sus padres. La obra es una crítica demoledora de la sociedad de su tiempo. No obstante, ¿ya no es de actualidad?. La religión antigua ha perdido mucha fuerza, el amor y la familia son otra cosa, sí. Pero, ¿Cuáles son los verdaderos valores que rigen nuestra vida?. ¿De verdad vivimos de espaldas al qué dirán?. A la desaparición de la religión de nuestro tiempo, ¿no la ha sustituido, o se sigue manteniendo, un ideal de vida asfixiante y represor, del éxito, el estatus, el prestigio, la competencia, el materialismo vacío, la ciencia y la tecnología como nuevas religiones, sin otorgar sentido trascendente a la existencia, la psicopatía y la maldad extendiéndose como mancha de aceite?.
Necesitaríamos una obra que demoliera las falsedad y el horror de la modernidad llamada progresista, cuyo espanto y desmoronamiento podemos contemplar en diferentes noticas .Pero esto será fruto de una próxima reflexión desde este modesto blog
No hay comentarios:
Publicar un comentario