domingo, 25 de febrero de 2024

Anatomía de una caída

 Apasionante película que, pese a su extensa duración, dos horas y media, en ningún momento se hace tediosa ni aburrida .Anatomía de una caída narra la historia de la muerte, en extrañas circunstancias, de Samuel, un hombre casado que vive junto a su mujer y su hijo ciego en una casa aislada en un paraje montañoso y aparentemente idílico.

Pronto su mujer es imputada como posible asesina, iniciándose un juicio donde salen a la luz todos los problemas, roces, acusaciones y enfrentamientos de la pareja, diseccionando con bisturí de experto los entresijos y vaivenes de toda su relación, que es la de toda pareja o matrimonio,  sus tormentas, cada vez más frecuentes y los ratos, cada vez más escasos, de brillo solar, de despejar de los nubarrones. En una palabra, el lento agrietar, el lento colapso de un edificio iniciado con pasión e ilusión feroz de quienes creen en la eternidad del amor de dos almas siempre distintas y, en el fondo solitarias y atormentadas cada una por los fantasmas acosadores de su pasado, de sus traumas, de sus fracasos, de sus sueños derretidos por la dinamita de la vida implacable y destructora; para encontrarse que lo de la media naranja es un engaño, una ficción , una quimera de libros y , valga la contradicción, de las películas rosadas del pasado y el presente, que enseñan que la salvación del naufragio de todo hombre y mujer está en la pareja, en la vida amorosa y sexual. Una farsa como cualquier otra, pero que necesitamos para mantenernos en pie.

La película juega , además, con la ambigüedad, con la duda, ¿inocencia o culpabilidad?, ¿sinceridad o mentira perfectamente oculta tras un disfraz?; así como con la tendencia a juzgar rápidamente a las personas por sus manchas, por sus pecados, por sus imperfecciones, por sus tropezones en su vida privada, pese a nuestros ropajes de progresistas y tolerantes. 



De especial relevancia son otros personajes, más secundarios pero también con peso, especialmente el chaval ciego, que ha sustituido la pérdida de visión por un agudizamiento de los otros sentidos, especialmente la intuición, la brillantez analítica, la sensibilidad a flor de piel en una palabra; y el abogado de la mujer.

En fin, estamos ante una película casi perfecta que no deben perderse.

martes, 13 de febrero de 2024

Técnica y totalitarismo. Digitalización, deshumanización y los anillos del poder global

 Interesante libro de Jordi Pigem que nos sumerge en un análisis crítico de las nuevas tecnologías digitales, y de todas las mentiras que se usan para su extensión y promoción. Así desde la Agenda 2030, que las presenta unidas a la sostenibilidad y el medio ambiente, cuando sabemos que son sumamente contaminantes, aparte de explotar mano de obra en el tercer mundo; a la idea difundida por diversos pensadores de moda, como Harari, que sostienen que somos datos, algoritmos, y junto con él otros transhumanistas que enarbolan la bandera del hombre máquina, de la humanidad aumentada a través de implantes tecnológicos, lo que lograría nuestra perfección y hasta el delirio de la inmortalidad.

Sosteniéndose en las reflexiones de diversos autores, desde Tolkien a Hannah Arendt, pasando por Agamben, Simone Weil y otros, Jordi defiende que cada individuo es único e irrepetible, que nuestra mejora se consigue a través del esfuerzo personal, la atención, en una palabra la moral, algo sostenido por todas las tradiciones filosóficas y espirituales de la antigüedad frente al nuevo discurso tecnocrático y positivista, así como materialista cutre y asfixiante- frente a la nueva ciencia inspirada en el mundo cuántico, en la conciencia, en la libertad de la indeterminación-, que en el fondo considera a la persona alguien moldeable por las tecnologías, tecnologías digitales que aparte de controlarnos y vigilarnos para múltiples fines nos conducen a un camino de deshumanización, de poder total, de concentración de los poderes tanto estatales como de grandes empresas del ámbito tecnológico.



Debemos defender nuestra humanidad de la nueva distopía tecnocientífica que sueña con un mundo con un hombre regulado, robotizado, que no sea más que un algoritmo, una fuente de datos, algo, ya digo, irreal, pues la conciencia humana es irreductible al dataísmo, a los algoritmos.

En fin Técnica y totalitarismo es un ensayo de advertencia para que un nuevo totalitarismo democrático no acabe de imponerse, llevando a la humanidad a un nuevo estado de barbarie tecnocrática, de demolición de nuestra esencia humana de libre albedrío.

jueves, 8 de febrero de 2024

Fallen Leaves

 Hoy tengo que recomendar, quizás un tanto tardíamente pues no sé si aún sigue en cartelera una película finlandesa que destila sencillez, tristeza, melancolía, pero también esperanza y posibilidad de redención.

Fallen Leaves narra el encuentro de dos seres solitarios, enfrentados a problemáticas muy de actualidad, pues el film no solo retrata una historia de amor tragicómica y oscura con destellos de luminosidad, como un cielo plomizo invernal que en ocasiones se abre dejando pasar unos rayos tenues y vivificantes, como el paro y la precariedad laboral.

Él es un alcohólico, un buen tipo pero incapaz de soportar una vida gélida, devorada por la escarcha de la insatisfacción, ella es una mujer madura, aún atractiva, iniciando la edad del marchitar, que soporta empleos pésimamente pagados, jefes controladores y algún compañeros lameculos de la dirección, si bien todo atenuado por restos de compañerismo, de conciencia real de clase.



Del encuentro se desarrolla una relación peculiar, pues lo mejor de la película es el humor negro y sombrío que destila, pero también la puerta abierta a la esperanza, a la redención de sus protagonistas.

En fin un film sencillo, que refleja las grandezas y miserias de la sociedad actual, de sus habitantes, cada vez más aislados, infelices y solitarios, pero que a veces nos rebelamos contra nuestros destinos de individuos carcomidos por un sistema cada vez más brutal e inhumano, que nos impele a ver en el otro un rival. Fallen Leaves nos ayuda a ver en cada individuo, en sus desgracias vitales, alguien a quien poder amar, a quien poder agarrarse en el naufragio del Titanic de la Modernidad capitalista.