lunes, 2 de agosto de 2010

Las vidas posibles de Mr Nobody

Mr.-Nobody-poster.jpgCuriosa y compleja película  de Jaco Van Dormael. En ella un anciano, Nemo, en una ciudad futurista y en una época donde se ha conseguido evitar la muerte, siendo él el único humano que va a fallecer, comienza a relatar a un periodista su vida, deteniéndose cuando, con nueve años, tiene que decidir si irse con la madre o el padre.
Aquí comienza una película atípica, con luces y sombras, que desarrolla un tema que todos hemos pensado en numerosas ocasiones; ¿Cómo hubiera cambiado nuestra vida si en vez seguir un camino, hubiera seguido otro, si en vez de esconder los sentimientos hubiéramos dicho a esa chica o chico, desaparecidos como una estrella fugaz de los espacios en que nos movemos y habitamos, un simple Te quiero?. O, al revés, si en vez de callar dijimos algo doloroso y destructivo?, ¿sino hubiera acudido a esa fiesta, si hubiera cogido o perdido el tren, si no hubiéramos desarrollado ese defecto, esa enfermedad que nos encadena a una vida obscura con escasos momentos de luces iluminando el caminar por una cuesta en la que no se observa fin, risas, cantos de pájaros?.
Esta es la base de la película, centrándose en las múltiples posibilidades, los múltiples senderos que se hubieran abierto en la vida de Nemo, de seguir una elección u otra, decir algo oportuno o inoportuno, callar o no callar . Las mujeres que hubiera perdido, las que habría conseguido, matrimonios exitosos, otros fallidos marcados por una elección sin ganas. Sosteniéndose en el fondo en las nuevas y extraordinarias teorías científicas, como la teoría de cuerdas, la del multiverso, la teoría cuántica, incluso la posibilidad de que seamos la imaginación de alguien, meros fantasmas de un sueño de un niño, cosa no descartable, pues al fin y al cabo la muerte espera a abrazarnos tarde o temprano, disolviéndonos en el vacío como un sueño o una pesadilla de alguien.
Mr Nobody logra contactar en ese punto con esos pensamientos que a todos nos atormentan en la soledad de nuestras mentes, de nuestras fantasías. El problema, el pero que podemos ponerle, es que es extremadamente caótica, salta de una posible vida a otra sin descanso, llegando a tener la sensación que estamos más ante un documental que ante una película. Pero quizá la vida sea así, un caos de infinitas rutas, marcadas por el azar  y por elecciones que nunca sabremos que puertas nos abriran, si el cielo, el infierno, o lo más habitual, un purgatorio de vidas anodinas, autoengañándonos con la inmortalidad,o con la pretensión de ser únicos, especiales.
En fin, una película que hay que ver, que unos disfrutarán y otos consideraran un comecocos, una pieza fallida. Como la vida misma.

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