En las Naves del Matadero se está representando una
interesante obra del escritor y premio nobel Albert Camus. Escritor de origen argelino, huérfano y de familia
muy humilde, hombre apegado siempre a la justicia, defensor del honor, la ética,
la verdad y la dignidad, un solitario y solidario, como se definió en alguna
ocasión y muy cercano en sus ideas y forma de entender la vida de quien esto
escribe.
Tuberculoso, su prematura muerte en un absurdo accidente de
tráfico, no le impidió dejarnos una serie de textos, tanto novelas como
teatrales donde reflexiona sobre la condición humana y sus problemas, problemas
que estallaron de forma dramática durante la primera mitad del siglo veinte,
con las guerras mundiales y civiles., como la española-país que siempre llevó
en su corazón, defendiendo a los republicanos exiliados españoles y llegando a
escribir algunos artículos para la prensa anarcosindicalista de los
desterrados-, las dictaduras, el problema colonial y otros conflictos que
provocaron millones de víctimas.
El malentendido, inspirado en un caso real, nos cuenta el
regreso, tras veinte años de ausencia de un hombre, al país y a la casa donde
se crió.
Soñando con darles una alegría, con llevar a su madre y
hermana la felicidad que no tienen en un país europeo triste, lluvioso y
empobrecido-nunca se dice el nombre- decide sorprenderlas mientras busca las
palabras más adecuadas para expresar sus sentimientos, su afecto en una visita
sorpresa.
Pero lo que parece llevar un camino de alegría, se va
tornando tragedia al descubrir el espectador cuáles son las actividades a que
se dedican madre e hija, que sueñan con abandonar aquella lúgubre tierra,
aquellos pesados muros, aquella pesada carga de habitar un lugar en el que no
pueden encontrar la felicidad, el
amor, la libertad, la prosperidad.
En esta obra aparecen algunas de las reflexiones de Camus
que podemos ver dispersa en todos sus libros, como la soledad, la justicia, la
muerte, los sueños, los deberes, la tragedia de ser seres pensantes, siempre
angustiados por tomar una u otra decisión, por no equivocarnos, la intuición de
que la verdadera felicidad es, en el fondo, el ser seres inertes, como piedras
o guijarros, que nunca se ven asaltados por el tormento de reflexionar.
La sensación de que la muerte es el verdadero descanso, el
fin de la tragedia del existir. Pero también, y fundamentalmente, El
malentendido nos acerca al dilema moral, a la elección del mal o del bien, a la
aceptación o rechazo de que el fin justifica los medios.
Dura y trágica, recomendamos acercarnos a ver esta obra de
teatro aunque al final salgamos acongojados, sin rastro de felicidad ante lo
que se va desplegando ante nuestras miradas, pero que nos hará reflexionar
sobre la vida y sobre la muerte , sobre si ésta última no puede ser, en última
instancia, un bien, tras el dolor implícito en toda existencia racional.
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