sábado, 3 de octubre de 2015

Madre Coraje, una obra de actualidad

En las Naves del Matadero, y hasta el 4 de octubre, se está representando una famosa obra del dramaturgo alemán Bertolt Brecht ambientada en la llamada Guerra de los Treinta años, que en el siglo XVII enfrentó a católicos y protestantes.

Pero el texto, por encima de la historia, es un relato -entreverado en esta adaptación con actuaciones musicales- de un tema por desgracia histórico y actual, la guerra, sus crueldades, la corrupción que fomenta, la necesidad de sobrevivir a toda costa que genera en muchas personas de quienes la padece, el duelo interior entre mantener la ética con el prójimo, o tirarla en mitad del camino para sobrevivir.

La protagonista principal , una madre que recorre con su carromato y sus tres hijos los escenarios bélicos vendiendo ropa y diverso tipo de material militar a los ejércitos para salir a flote , es un fiel reflejo de esas sacudidas y tormentos interiores.

Con actores desconocidos pero que se meten brillantemente en sus papeles, Bretch analiza la feroz disciplina castrense, el hundimiento en la bestialidad, cometiendo toda clase de tropelías, de los soldados, acostumbrados a aniquilar vidas o mutilarlas como quien toma un vaso de agua; el temor de la población civil; quienes se lucran de la guerra, como la protagonista, si bien el autor no se atreve a juzgarla o condenarla, pues parece ser comprensivo con la necesidad de supervivencia que todos tenemos dentro.

Resulta también interesante, en una pequeña parte de la representación, el análisis breve pero demoledor de la sumisión, la adaptación y la aceptación por parte del pueblo de lo que quieren los poderosos, desde sus valores, sus órdenes, sus prejuicios, hasta llegar al extremo de acatar ir al exterminio en masa, a aniquilarse utilizando la religión como arma.

Podemos decir que nuestra sociedad, hoy, no ha cambiado nada. La persecución del éxito, el poder, el dinero, el fundamentalismo religioso y la corrupción que todo ello origina sigue manteniendo su fuerza, así como el servilismo de la ciudadanía a sus proyectos, si bien actualmente con medios más modernos.

Ahora que la Guerra Mundial asoma en el horizonte, no estaría de más leer o ver esta gran obra para tener claro que volveremos a ser carne de cañón cuando quienes mandan decidan, y que nada se hará para evitarlo porque el mundo sigue estando igual de dividido y nosotros seguimos siendo tristes marionetas desvaídas, rotas por los palos de quienes manejan los hilos sin más protestas que algunos inaudibles quejidos y lamentos.


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