viernes, 7 de marzo de 2025

El fin de la megamáquina. Historia de una civilización en vías de colapso

 Hoy quisiera recomendar un libro muy interesante y, para mí, importante, El fin de la megamáquina. En dicho texto el autor hace un repaso histórico desde la antigüedad, cuando las sociedades no estaban divididas en amos y siervos, donde había autoridad pero no poder, en el sentido de que nadie podía imponer nada, hasta el surgimiento de las sociedades jerárquicas, que empezaron a emerger hace unos cinco mil años, por causas difíciles de analizar , pero que el autor vincula a la aparición de la minería de metales, que, como el bronce, permitieron crear una superioridad, entre otras cosas armamentística entre quienes tenían acceso a ellos y quienes no. 

Interesante es su mención de las tres tiranías que posibilitan las sociedades de dominación: la primera el poder físico con la violencia armada, la segunda tiranía la violencia estructural, vinculada al poder económico social, que impone una división en castas o clases sociales y la tercera el poder ideológico, aquel que primero a través de la escritura, luego la religión y finalmente los expertos o tecnócratas,  se basa en legitimar unos valores, un orden social, en este caso el basado en la dominación y explotación de los seres humanos.

Habría una cuarta tiranía consecuencia de las anteriores, que es la del pensamiento lineal, aquel que presupone que los seres humanos son como objetos que ante una acción se produce una reacción predecible. Esto solo puede darse en relaciones de mando y obediencia.

Posteriormente el libro se centra en los últimos quinientos años de historia con una visión muy crítica de la modernidad capitalista. Y es que esta modernidad capitalista, ese llamado progreso en realidad supuso la destrucción o atomización de las comunidades, que fueron perdiendo sus lazos solidarios, comunales por un entramado estatal capitalista basado en una mentalidad de acumulación infinita de capital.

Es decir de competitividad entre los seres humanos, a la vez que de destrucción de la naturaleza.La tesis del autor es que el Estado y el Capital conforman un entramado que se necesitan mutuamente. Por ejemplo demuestra como las grandes empresas, las multinacionales reciben numerosas subvenciones del Estado, y como algunas de las grandes empresas tienen más fuerza que algunos estado.



El libro habla de que se ha creado un sistema mundo que abarca todo el globo, habiendo conquistado hace tiempo el llamado Sur global, eso sí con numerosas matanzas y genocidios de pueblos indígenas, con el objetivo de fondo de crear economías de mercado frente a las economías más de subsistencia, de producir lo necesario para sobrevivir. Pero tal sistema entró en crisis en los setenta y es un sistema, según el autor que está agotándose, comiéndose y destruyendo los recursos y creando una economía financiera con cada vez más crisis, aparte del gran problema de la deuda.

Su análisis crítico es muy interesante, no deteniéndose ahí sino dedicando algún capítulo a posibles alternativas centradas en lograr una economía del bien común frente a la de acumulación infinita de capital y defendiendo la autoorganización, la profundización de la democracia, pues en nuestras sociedades que se dicen democráticas pasamos la mayor parte del tiempo en instituciones antidemocráticas: trabajo, escuela...

En resumen estamos ante un libro muy interesante que se aleja del pensamiento imperante, lo cual es de agradecer.

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