En el Teatro Español se está representando una obra famosa de Tennessee Williams -también llevada al cine-, Un tranvía llamado deseo. Se trata de un texto complejo, fuerte, con múltiples lecturas, fundamentalmente el choque entre dos culturas, dos valores diferentes.
La obra nos presenta a una mujer, Blanche, que, arruinada y habiendo perdido su casa, se marcha a la de su hermana, en Nueva Orleans. Mujer soñadora, fantasiosa, vive aferrada a los viejos valores de la sociedad sureña, valores aristocráticos, elitistas ,de apariencia más que de realidad. Lo que le enfrenta a Stanley, su cuñado, obrero rudo de familia emigrante polaca.
Dos mundos en choque, el decadente y en vías de extinción sureño con la Norteamérica industrial, con otros valores ascendentes, crítico con las apariencias, más duro y realista.
Otro aspecto que refleja Un tranvía llamado deseo es la violencia machista, el patriarcado que condenaba a las mujeres a una vida sometida, frágil, expuestas a la brutalidad de algunos hombres, brutalidad que sin embargo muchas féminas aceptaban con naturalidad, un punto interesante del texto, alejado en este caso del paternalismo y el mero victimismo.
Finalmente, para no extenderme, como refleja el título, la obra teatral expone con toda crudeza, sin cortapisas, la fuerza y el peligro del deseo sexual, que, incontrolado, provoca tragedias y destrozos en la vida de los personajes que circulan por Un tranvía llamado deseo, una obra rompedora para su época, pero que aún sigue vigente y de actualidad en gran parte.
Así que les recomiendo Un tranvía llamado deseo, una obra que les hará reflexionar y les golpeará con toda su crudeza y realismo.
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