Pablo Uriel, joven médico recién licenciado, acude a un pueblo de La Rioja a sustituir a un compañero de profesión durante unas semanas en julio de 1936. Así son los comienzos de un sencillo y emotivo libro autobiográfico, que se lee de un tirón, prologado por Gibson, y publicado por la colección Pretextos.
En el río, practicando piraguismo, le sorprende el golpe de estado militar, observando con sorpresa como un grupo de carlistas atraviesa el puente que separa la Navarra tradicionalista y derechista, de la Rioja republicana, liberal e izquierdista.Lo que él y otros pensaban sería un golpe que fracasaría y todo volvería a la normalidad en corto tiempo, se convierte en una feroz guerra de tres años.
Pero lo fundamental del libro es la brutal y metódica represión que se establece en la zona bajo dominio franquista. Primero en La Rioja, donde se encuentra con las primeras víctimas asesinadas por los cruzados, sin ningún tipo de juicio, mujeres a las que rapan la cabeza y dan de beber aceite de ricino, evadidos a los montes...Posteriormente se traslada a Zaragoza, ciudad en la que vive, también dominada por los militares golpistas. Allí se entera de la muerte en Soria, asesinado por guardias civiles, de su querido hermano Antonio, admirador de Azaña. Otro de sus hermanos es detenido. Mientras, el terror, los paseos, se extiendo por la ciudad y sus proximidades. Se multiplican las denuncias anónimas ,la policía y el ejército da listas de personas a las que detener y liquidar, labor realizada por La Falange, que recoge por las noches cargamentos de hombres y mujeres de sus domicilios y de las cárceles, hacia la muerte. Todos los días, decenas de cadáveres son trasladados a la morgue, al sótano del hospital de Zaragoza. La Iglesia, los católicos, la gente de orden, con escasas excepciones mencionadas en el libro, como el caso de un sacerdote detenido por alzar la voz contra los crímenes,colaboran, apoyan y justifican el exterminio sistemático de la población izquierdista. El autor lamenta la destrucción, el olvido de los principios evangélicos de tantos sedicentes cristianos, traidores al mensaje de Jesús. Un caso temible, es el de una joven monja, que ante la visión de unos 200 ejecutados, hombres, mujeres y niños, amontonados en los sótanos del Hospital clínico de Zaragoza un día cualquiera,exclama:¡Cuanta gente mala hay en el mundo!. Frase que jamás olvidará el joven médico. El calcularía entre 10.000 y 15.000 los asesinados los seis primeros meses de la guerra en Zaragoza y pueblos cercanos.
El mismo acabaría detenido, enviado a una prisión militar. Allí, reciben las visitas diarias de un grupo de falangistas, que llevan a presos en sus camiones para liquidar. Esta situación desarrolla en los presos un clima de terror diario, una espera continua del momento en que llegan los falangistas a prisión, la tensión de no saber si se salvarán o no, de cuando les tocará a ellos la lotería de la muerte, o si tendrán la suerte de ser alguno de los pocos liberados. El domingo es el único día que no se llevan a nadie de la prisión, de ahí el nombre del libro, No se fusila en Domingo.
Finalmente, la alegría al ser uno de los liberados. Luego vendría su alistamiento al ejército franquista, incapaz de soportar la tensión de vivir en una ciudad donde nunca se sabe si, una noche, los matones falangistas llamarán a las puertas, para acabar la vida en alguna cantera, algún descampado. Participa en la batalla de Belchite, como sanitario. Preso de los republicanos, sufre una fuerte decepción. Los mandos comunistas ejecutan a casi todos los oficiales. Sólo él se salva. Salvado in extremis de las balas derechistas, también de las izquierdistas. Su libro es un testimonio crudo de los horrores de la guerra civil, del desprecio a la vida de ambas zonas. De como, cuando alguien tiene un arma, o viste un uniforme militar, la humanidad desaparece, considerándose dueños de la vida y la muerte.
Estamos por tanto ante un gran libro, que todo el que quiera conocer la guerra civil y sus horrores en retaguardia debería conocer.
Interesante. Muchas gracias por la información. Saludos PTB
ResponderEliminarMuchas gracias amigo.
ResponderEliminarSaludos desde Ptb
Me ha gustado mucho, Es un testimonio de una época de una zona que conozco
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