miércoles, 3 de julio de 2013

Sobre el dolor

Cicerón, figura famosa del mundo antiguo, fue un brillante orador, abogado, político e introductor de la filosofía griega y su diversidad de escuelas en Roma.

Escribió numerosas obras, algunas de las cuales comentamos aquí en alguna ocasión, como Sobre la vejez y Sobre la amistad. También hemos leído de él Tusculanas y Sobre los deberes.

Sobre el dolor es uno de sus últimos libros, escrito en su villa de Túsculo, hacia el final de su vida.

Fue en esta última etapa de su caminar y reflexionar en el mundo, antes de ser asesinado por motivos políticos, cuando escribió la mayoría de sus obras filosóficas.

Sobre el dolor, es un texto muy breve, que se lee rápidamente pero que, para nosotros, no alcanza la amenidad y el interés de Sobre la vejez y Sobre la amistad, por ejemplo.

En su libro, utilizando relato mitológicos, como el título indica, reflexiona sobre el problema del dolor.
Sobre si es el mayor mal que puede acontecer al hombre, o los hay peores.

Aún siendo simpatizante de la corriente estoica, su espíritu independiente, le lleva a criticar la visión de algunos miembros de esta escuela, que llegaban a sostener que el dolor no era un mal.

Para él, el dolor es un mal, pero lo que hay que analizar es si es el mayor de los males posibles, o los hay peores.

Su idea es que, peor que el dolor sería , por ejemplo, la falta de honestidad, por lo que, en cierto sentido, tenemos que esforzarnos para evitar ver en el dolor el mayor mal posible.
Su opinión es que no se debe buscar el dolor, salvo que este ofrezca alguna compensación, como podría ser el resultado de una acción en defensa del bien común,de una causa noble, que traiga como resultado el sufrimiento.

Si el dolor aparece por cualquier motivo, hay que afrontarlo con sabiduría, sin dejarse dominar por la desesperación, aceptando que lo esencial es la consecución de la virtud y que, ya por curación, ya por la muerte, el dolor siempre desaparece. Y si, por circunstancias, no pudiera resistirse más a sus aguijones, siempre cabe la posibilidad del suicidio, que Cicerón no condena.

Por otra parte, incluso, cierto grado de dolor, o, mejor dicho de sufrimiento e incomodidad puede ser positivo.Someterse a pruebas como pasar un tiempo de frío, de sed, de hambre, de agotamiento, puede ayudar a fortalecer el carácter, la mente, el cuerpo. Y, por tanto, quizá sirva para mitigar el dolor, para ser más resistente,cuando éste aparezca en la vida, como siempre aparece, tarde o temprano.

De cualquier manera, tenemos que reconocer que el verdadero y destructivo dolor, que no solo es físico sino muchas veces psíquico,cuando aparece en nuestras vidas, bien de golpe o bien poco a poco, sin darte cuenta ,hasta que un día eres consciente de que el edificio que has tardado años en levantar se ha venido abajo, no son más que ruinas desoladas por la obscuridad y el viento gélido; es como un terremoto que nos sacude por dentro de tal manera que nos vacía de todo sentimiento de alegría, de felicidad, de bienestar, convirtiéndonos en juncos doblados incapaces de ver la luz. Pues bien, creemos que para este dolor, no hay preparación que valga, salvo, quizá, su repetición, que lo mitiga, pero levemente.

Por eso, nosotros, que somos partidarios del ascetismo voluntario y ocasional, creemos que estos métodos son más válidos como forma de no dejarse dominar completamente por la sociedad de consumo y hedonista, de no dejarse arrastrar por la ola del culto al bienestar material, al uso sin control y la destrucción de personas y objetos- pues, lo que realmente se ama se respeta, y por lo tanto no se destruye ni se consume vorazmente- de evitar el triunfo absoluto de lo banal, lo superficial, lo inmediato, lo placentero,de la deshumanización, en una palabra, a la que estamos abocados si no cambiamos el rumbo del barco. Pero que dificilmente nos van a permitir afrontar con garantías el dolor crudo y demoledor que nos golpea, que es, sobre todo, la muerte de un ser amado.

Pues nada hay más doloroso que ir perdiendo trozos de uno mismo, trozos irremplazables.







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