sábado, 3 de octubre de 2020

La gaviota

 En el Teatro La Abadía he tenido ocasión de ver una versión libre, yo diría libérrima, de la obra de Chejov, La Gaviota.

Sobre el escenario, un grupo de actores, en una casa de campo, entorno a un lago, hablan de sus sueños, de sus frustraciones, de sus reflexiones. De lo difícil que es lograr el éxito teatral, y de cómo, incluso aunque éste se alcance, siempre falta algo que hace que la felicidad pase de largo, como un coche a toda velocidad dejando a la persona al frío de la intemperie, de la soledad.



Traiciones, enfrentamientos, enamoramientos y desenamoramientos, celos, soledad, pero también sentido del humor recorren esta peculiar adaptación de la obra de Chejov, que no transcurre en Rusia ni en tiempos pretéritos, sino en un ahora que no por ser ahora, ha sido, es y será a lo largo de la historia. Arte y vida mezclados en el escenario, con interrogaciones que nos interpelan a todos, dirigiéndose de lleno a nuestros corazones.

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