sábado, 3 de septiembre de 2022

Hacia la poshumanidad

 Recientemente leía una noticia que hacía mención a que científicos habían logrado crear embriones de ratones sintéticos, sin necesidad de óvulos, espermatozoides ni úteros. Inmediatamente me vino a la cabeza la novela de Aldous Huxley, Un Mundo feliz.

En dicha novela se nos presenta una humanidad donde los seres humanos son creados en frascos, sin úteros, y divididos por castas. Cierto es que se seguían utilizando óvulos y espermatozoides, pero ya sabemos que la realidad supera a la ficción. Y, aunque todavía no se han "construido" humanos sintéticos, en el horizonte aparece la posibilidad de crearlos, con todas las consecuencias que ello pudiera traer.

Pero no es sólo la inquietante posibilidad de ver amanecer humanos sintéticos; mucho más cerca tenemos el Metaverso. Ese Universo virtual en el que muy pronto nos sumergiremos producirá un doble efecto: confusión entre realidad y ficción y una nueva forma de drogadicción u opio muy perfeccionada, sin los efectos perniciosos de las drogas duras. Volviendo a la novela anteriormente mencionada  el Metaverso sería el sustituto del soma. Una forma de escapar de la inevitabilidad del dolor y el sufrimiento que acompañan a toda vida.


Aquí nos encontramos con la doble faz del aparato tecnocientífico: el positivo, que combate las enfermedades, y el temible, el que favorece la expansión tentacular de los poderes, buscando formas cada vez más perfeccionadas de dominación, sometimiento y control de las sociedades. Y es que todo poder busca extender sus funciones  hasta crear la masa más sumisa posible, hasta el límite de conseguir acabar con todo rastro de rebeldía.

Nos situamos en el amanecer de la poshumanidad sin que asome la menor resistencia, ni la menor preocupación en unos pueblos que caminan ciegos hasta su destrucción y transformación en algo inhumano, frío y robótico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario