viernes, 11 de noviembre de 2022

La sociedad implosiva

 Se ha reeditado un libro del ensayista y activista de organizaciones de base o autónomas, Corsino Vela; se trata de La sociedad implosiva, publicado originalmente en 2016 por Traficantes de Sueños.

En el citado texto, escrito en forma de pequeñas síntesis-696 exactamente- Corsino analiza el desarrollo del capitalismo desde su fase expansiva a la actual, la compresiva. Su tesis central es que se está cumpliendo lo profetizado por Marx en su hipótesis sobre la caída tendencial de la tasa de beneficios. Esto quiere decir que los ciclos de acumulación y expansión de capital son cada vez más breves y las crisis más prolongadas y duraderas en el tiempo.

La sociedad del capital es, por tanto, una sociedad que camina a su implosión, su autodestrucción. Es de destacar que para el autor del libro el capital es, en realidad, una relación social, una relación social centrada en el asalariado, es decir la cosificación y comercialización de la población proletarizada.



La sociedad implosiva reflexiona sobre múltiples temas, como la distinción entre técnica y tecnología, y como esta última no es neutral o independiente, sino que está al servicio de la sociedad del capital . También analiza las protestas y movimientos de izquierda actuales, a los que considera presos de una contestación simbólica, ritual, que les hace ser, según sus palabras la izquierda del capital, unos movimientos ciudadanistas o regeneracionistas que no ponen en duda el sistema de fondo-creyendo en la autonomía de la política sobre la economía-, y cuyas reclamaciones están sobrepasadas por la realidad implosiva de la sociedad del capital.

En pocas palabras, cada vez podremos sacar menos del capitalismo, debido a su crisis rampante y terminal, si bien esto no significa que vaya a caer en poco tiempo. En cuanto a su alternativa, Corsino Vela no gusta de tal palabra, rechaza las doctrinas y los programas, apoyando las comunidades de lucha. 

Es decir aquellas comunidades antagónicas, con conciencia de clase y autónomas, ajenas a partidos y sindicatos, a parlamentos,  que surgen del conflicto, y que generan solidaridad, apoyo mutuo, comunidad de bienes... Estamos ante un texto lúcido, despiadado, que no ofrece opiáceos, falsas salidas, programas salvadores, pero que indica un posible camino para salir de la barbarie.


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