viernes, 21 de septiembre de 2012

Del 15S a Eurovegas: la sociedad de consumo y asalariada como ideal




En los últimos tiempos estamos asistiendo por un lado a un debate en torno al megaproyecto de un empresario norteamericano, Eurovegas, una especie de ciudad del juego, con hoteles incluidos al estilo de Las Vegas, y por otra parte a crecientes movilizaciones de los sindicatos contra los recortes, movilizaciones que parecen ir encaminadas a preparar una futura huelga general y que tuvieron en la manifestación del 15 de Septiembre su punto de partida.

Estos dos acontecimientos pudiera parecer que no tienen nada en común, pero para nosotros tanto uno como otro guardan un nexo de unión.

Eurovegas representa el intento de mantener un tipo de sistema socioeconómico que está en proceso de decadencia, el de la sociedad de consumo que en el ámbito productivo tuvo al ladrillo y al turismo como ejes. Más allá de críticas moralistas como se han hecho, en referencia al tema de la posible prostitución que puede proliferar en las cercanías-personalmente pensamos que la prostitución no tiene porque ir vinculada al juego- nuestra preocupación se centra en que no vemos por parte de los políticos de todas las tendencias-en este caso por parte de la derecha que representa, o representaba, pues de momento parece abandonar la escena política, veremos por cuanto tiempo y en que condiciones o siglas reaparece, Esperanza Aguirre, la impulsora del proyecto- ninguna idea seria de intentar construir una alternativa al gigante con pies de barro que es crear una economía a la larga improductiva y centrada en sectores que son pan para hoy y hambre para mañana.

Somos conscientes que ante el grave problema del paro, si este proyecto tuviera éxito inicial -cosa que tampoco es segura- mucha gente lo vea con esperanza. Pero reconocer esto no implica ser conscientes de que el camino para ir saliendo del pozo-si hay camino- no está en salir de Málaga para meterse en Malagón, es decir en pasar del ladrillo, al ladrillo con casinos- y no sólo en Madrid, sino en Cataluña, donde también parece que hay intención de levantar otro gran proyecto de ocio-.

Cierto que muchos pueden pensar que construir uno, dos o cien Eurovegas por todo el país no implica el que no se planteen otras cosas, otro tipo de economía. Y aunque mi amigo, el escritor Félix Rodrigo Mora, en la última ocasión que charlamos, me comentaba que probablemente en pocos años asistiremos a una nueva reindustrialización en Europa, con condiciones laborales más duras, como un intento de competir con las potencias emergentes; propuestas como la de Eurovegas hacen que muy a corto plazo en España no vislumbremos otra cosa que un intento de reconstruir la sociedad de consumo-aunque no somos adivinos para decir qué es lo que deparará el futuro- a la desesperada.

Al fin y al cabo la sociedad de consumo es la ideal para dominar y destruir a los seres humanos, convirtiéndoles en gentes poco aptas para la reflexión ,el conocimiento, la cooperación y la libertad sin necesidad de dictaduras como la franquista u otras, es decir sin necesidad de cárceles y piquetes de ejecución. Pues los seres constituidos por tal sociedad son convertidos en un mero rebaño que sólo busca pasto y entretenimiento para pasar el tiempo y el negocio del  juego es un mecanismo más para lograr esa humanidad degradada.

Y esta reflexión nos lleva a la conexión con las protestas sindicales e izquierdistas. Si quitamos la hojarasca propagandística y retórica, las protestas de las maquinarias burocráticas, jerárquicas y subvencionadas que son hoy por hoy casi todos los sindicatos-con excepción del débil y fragmentado anarcosindicalismo- sólo van encaminadas a dos cosas. Por un lado a evitar la pérdida salarial, lo que es comprensible, y otra, en el caso de UGT y CCOO más claramente, a lograr el ascenso del PSOE al poder nuevamente y evitar el riesgo de que les corten el grifo de las subvenciones y el sistema de liberados- aunque en el fondo ya cada vez más gente sea consciente que el PSOE no va a hacer otra política diferente-.

Por qué, ¿cuál es el proyecto alternativo de la izquierda?. Para nosotros es mantener lo existente con un mayor nivel de prestaciones sociales. Es decir sociedad de consumo y trabajo asalariado pero con buenos sueldos y ayudas desde el Estado . Esto está llevando por otra parte al olvido  de la situación internacional y no tener el menor interés en el nuevo militarismo, las nuevas potencias que emergen y la nueva guerra fría que ya está aquí, con su sombra amenazante, lo cual es preocupante, pues no se están dando apenas respuestas a la nueva situación de riesgo al centrarlo todo en los problemas económicos.

El problema, también, es que cuando no hay ningún proyecto de vida realmente diferente, las protestas no son más que luchas defensivas, sin ningún ideal de fondo, y tal tipo de luchas están condenadas al fracaso.

Por eso nosotros, personalmente, soñamos con que se vaya estructurando una alternativa que pase por estudiar las posibilidades de cómo esforzarse por salir de  la sociedad de consumo y asalariada, para ir levantando desde los cimientos una sociedad que tenga como ideal la conquista del bien, la libertad, la justicia, el apoyo mutuo, la autogestión y la no manipulación de la mente de sus miembros, desde la infancia a la vejez. Siendo conscientes de que tal sociedad nunca se logrará plenamente, que es un camino sin fin, pues no hay ni habrá sistema ni colectividad  e individuos perfectos.

Mientras tanto asistiremos al enfrentamiento de dos concepciones que, aunque se quieren antagónicas, son muy similares : la sociedad de consumo y asalariada con abundancia de prestaciones, y la misma pero reduciendo el nivel de prestaciones.
Comprendemos que se prefiera la primera como mal menor frente a la segunda. Pero mucho nos tememos que, puesto que quien paga manda, la victoria está más cerca de los segundos.

Con todo pensamos que estos últimos no van a tener mayor éxito que los primeros a medio o largo plazo. Sus proyectos, apoyados por sus aliados de la patronal ,como el de Eurovegas, son caminos a la nada, por mucho que bajen los sueldos de los trabajadores para poder competir con China y otros países.

Y es que  hablar insistentemente  de la necesidad de ser competitivos y productivos, para luego plantear economías improductivas de casinos, es tomar el pelo…

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