lunes, 3 de septiembre de 2012

Diálogos Cínicos

Bajo el título de Diálogos Cínicos, la colección Clásicos de Grecia y Roma, de Alianza Editorial, nos presenta una serie de textos de un filósofo de la antiguedad, Luciano de Samósata, en la que usando el estilo de los filósofos de la corriente cínica, estilo sarcástico y crítico, se nos presentan los ideales y formas de ver la vida de este grupo de pensadores tan originales como sorprendentes y amenos.
Son seis relatos en los que se nos aparecen diverso personajes, desde Dioses a figuras legendarias, y gente sencilla, donde con un humor negro, mezclando lo serio con lo cómico, se realiza, por una parte, desde una burla soterrada de los dioses, por la crueldad de sus castigos, como en el primer texto, Prometeo, condenado a un terrible castigo por no hacer un reparto justo de la carne en un banquete-para nosotros el menos ameno-, hasta una presentación y defensa de los valores que defendían los cínicos, esencialmente la crítica de la búsqueda de la riqueza material, la codicia, la avaricia, el ansia de poder y gloria.

En El misántropo o Timón, se hace una crítica despiadada de los aduladores, aquellas personas que rodean a los que en un momento dado de su vida viven en la abundancia y lujo, para posteriormente abandonarlos si caen en desgracia. El protagonista, Timón, representa al hombre que, antaño rico, pierde su fortuna, dándose cuenta de que es preferible la pobreza, a la que se presenta unida a valores como la fortaleza, la sabiduría y el trabajo, frente a una riqueza unida a la vanidad o la indolencia.

En Menipo el cínico, se nos presenta un filósofo que quiere saber cual es el ideal de buena vida a alcanzar, pues cada escuela filosófica defiende unos principios que en nada coinciden Para eso realiza un viaje al inframundo, en el que se nos aparecen los múltiples personajes que ya fallecidos habitan en el mundo subterráneo, no salvándose de las críticas del autor ni figuras legendarias, ni ricos ni filósofos, a los que se considera charlatanes .

Caronte el barquero nos relata la salida al mundo exterior del remero que lleva las almas por el río del inframundo a ser juzgados, Caronte, interesado en saber porque los hombres lloran y se resisten con todas sus fuerzas a abandonar la vida, y cómo es esa vida que tanto dolor les causa su abandono.
Alcanzada la superficie, un dios, Hermes, le hace ver desde las alturas lo que es la vida humana, sus locos afanes de gloria y riqueza, las guerras por asuntos triviales, sus vanos esfuerzos por lograr cosas, cuando al final sólo les espera la muerte, y nada van a llevar consigo. Sólo unos pocos hombres son conscientes de lo absurda que resulta esa forma de vida, apartándose a lugares remotos.

El quinto relato, El viaje al más allá, que es para nosotros el que posee mayor humor ácido, nos cuenta como en todo un cargamento de almas, en concreto 1004 personas de todas las edades y condiciones, un tirano que disfrutó en vida de topo tipo de lujos y realizó las mayores atrocidades intenta huir desesperadamente, y pese a no lograrlo, insiste en que se le diga que sucederá con sus familiares y sus riquezas .Aceptada su petición se le cuenta toda una serie de desgracias que sacudirán a su familia, cómo fue envenenado por su mejor amigo y cómo sus estatuas serán derribadas. Junto a la figura del monarca aparecen dos personajes a los que se dota de rasgos positivos, pues son los únicos que anhelaban dejar el mundo de los vivos ,Cinisco, como no podía ser menos un filósofo cínico, y un pobre zapatero, carente de medios económicos.

Y la última historia, titulada El cínico, es un diálogo entre un hombre del común, defensor del lujo y la buena vida entendida como placer y riqueza material y un cínico, que con su túnica y bastón, le hace ver que  lleva una vida mejor, más libre y feliz, al necesitar mucho menos para vivir que otras personas.

La lectura es recomendable para quien quiera acercarse a los cínicos y descubrir cuáles eran los principios que guiaban sus vidas. Y es que con todas sus excentricidades y exageraciones, aquellas vieja escuela de pensamiento llevaba a su vida sus ideas, indicándonos que hay otro camino en nuestro paso por el mundo que difiere del convertirnos en esclavos de las posesiones materiales y de los monarcas u hombres de poder. Los cínicos nos decían que la pobreza, la austeridad, la modestia, el esfuerzo, la vida virtuosa, el rechazo a la gloria, el poder y los honores, así como a las convenciones sociales representa un camino superior a la búsqueda del placer, la comodidad o la riqueza.

Y pensamos que estos ciudadanos del mundo, errantes y vagabundos, aun no compartiendo su visión idealizada de la pobreza, tenían mucha razón y en ellos podemos encontrar algunas respuestas al mundo actual, a la crisis de su sociedad de consumo y abundancia material, con sus multitudes envilecidas y vacías en su loco correr tras dinero y prestaciones recibidas desde las alturas y cada vez más escasas, más en peligro de ir desapareciendo, sin que se vislumbre alternativas, al habernos convertidos en esclavos incapaces de vivir en libertad, autosuficientes.

 Yes que  sólo una sociedad que no se limite a correr en busca de el Dorado del oro, del dinero, el placer o del mando y busque la riqueza en la libertad, sabiduría, serenidad,austeridad,esfuerzo y fortaleza ante las dificultades y dolores de la vida del que no necesita acumular posesiones ni encontrar reconocimiento, será una sociedad de verdaderos hombres-y mujeres-,aquellos que Diógenes buscaba por las calles de Atenas, en plena luz del día, con un candil.

O como expresa bellamente en el último capítulo del libro su protagonista, El Cínico, en una frase para enmarcar: "De ahí que los dioses no experimenten necesidad de nada, y quienes más se asemejan a ellos sienten necesidades mínimas"

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