sábado, 19 de septiembre de 2020

Reflexiones sobre el nuevo régimen capitalcomunista

 Sin apenas darnos cuenta, como un ladrón que nos roba la billetera sin ser conscientes de nada, uno ha llegado a la conclusión de que se está instalando un nuevo régimen . No creo, aunque no me cierro a nada, a que haya un plan detrás de todo. Me inclino más a la tesis de que la pandemia ha acelerado enormemente el proceso de quiebra, de decadencia, y no sólo económica, que se percibía desde hace al menos una década.

Y en estos procesos críticos, a veces muy lentos, a veces acelerados, siempre aparece la respuesta autoritaria .Se vivió tras la primera guerra mundial y tras el crack del 29, con el comunismo y el fascismo. Ahora está aconteciendo algo que tiene similitudes y diferencias. No hay, de momento, guerra mundial. Sí avisaban los especialistas de una nueva crisis económica. Finalmente la pandemia nos ha destrozado, reforzando los problemas económicos que ya padecíamos.

Podemos hablar de la obligatoriedad de la mascarilla como el símbolo del nuevo orden. Junto con los confinamientos y el Estado de alarma, más todas las restricciones. Propuestas como la cartilla Covid-19, que no salió adelante, y sobre todo medidas como la vigilancia de los afectados a través no solo de policías, sino de civiles en Zaragoza, que apenas se mencionó, y de la que no se ha vuelto a hablar, marcan momentos de lo que podemos definir como nuevo régimen en proceso paulatino de instauración.

El nuevo régimen sería el de la gestión de la miseria. Y no se limita al aumento del control policial y la probable militarización, que puede llevar a que en poco tiempo encontremos al ejército patrullando por la calles de Madrid .Hay otros aspectos como las fusiones bancarias, de la que ya hemos vivido una, la de la Caixa y Bankia, más absorción que otra cosa. Pero en el corto plazo  vendrán más .Todo apunta a la creación de dos o tres megabancos. Esto se ha presentado como una gran noticia, por aquello de la unión hace la fuerza. En realidad es un síntoma de los problemas del sector financiero y la posibilidad de quiebras. Se va a una creciente concentración de poder económico, un gigante en realidad con pies de barro. Por que: ¿qué hace pensar a muchos que la fusión, o fusiones, impiden la caída de megabancos?. Eso por no hablar de los despidos que traerán semejantes operaciones

Resulta curioso haber escuchado a titulados liberales apoyar estas medidas .¿Dónde queda el mercado libre y la benéfica competencia?. Parece que , al menos en este caso el libremercado y la libre competencia no interesan. Nada extraño para quienes sean conscientes que el grueso de los liberales españoles oscilan entre el conservadurismo y la ultraderecha, o la derecha nacionalpopulista de Vox, véase el ejemplo de José María Marco o Amando de Miguel. 



La caída o desaparición de muchos autónomos y de pymes, también hace barruntar una concentración de poder de grandes empresas, que son casi las únicas que pueden resistir una situación como la que estamos atravesando. Esto no significa que yo sea partidario de ese discurso que ensalza las bondades y maravillas de lo pequeño, en este caso la pequeña empresa, frente al mal de la gran empresa. Este discurso, habitual en ciertos sectores de izquierdas o alternativo, me resulta muy simplista. ¿Cambian la precariedad, los abusos o la explotación del hombre por el hombre dependiendo del tamaño de la empresa? . No obstante, sí considero negativa esa gran concentración de poder que se avecina, pues una economía sana es una economía diversificada, con pequeñas y grandes empresas-en mi ideal autogestionadas-.

Otra característica del nuevo régimen es la unión entre el aparato tecnocientífico y el Estado. Todas las medidas impositivas implantadas en España, como el bozal obligatorio en espacios abiertos, que no se dan en otros países, son lanzadas y apoyadas por buena parte del sector de la tecnociencia. Estado y tecnociencia españolas se han fusionado, lo que no deja de ser una pésima noticia, pues la coacción y la represión se perfeccionarán.

También la llamada economía verde y la digitalización se convertirán, ya lo están haciendo, en dos ideas con las que engañar a la gente presentando gracias a ellas una futuro tan maravilloso como irreal. La etiquetada economía verde, no pasa de ser un proceso de transferencia de rentas del trabajo al capital, en una fase de enorme dificultad del Capital en generar un nuevo proceso de acumulación. Tampoco alcanza uno a entender la idea de que la digitalización nos va a sacar de la crisis. Si el desarrollo tecnológico no ha evitado el colapso sanitario con un virus de baja letalidad-afortunadamente, aunque no por eso poco dañino-, ¿qué lleva a pensar en la digitalización como salvación?. Todo es humo sobre humo. Eso sí, la digitalización será esencial para acabar con el dinero físico, otra medida en el fondo autoritaria, pues permitirá controlar y llegado el caso expoliar los ahorros de los ciudadanos.

Pandemia, miseria, fusiones bancarias, concentración del poder,  control militar, policial y tecnocientífico de la población, economía "verde" y digitalización. Todo esto me lleva a definir, aunque definir es un ejercicio que reconozco simplista, al nuevo régimen español de "capitalcomunista". Un híbrido entre un capitalismo con cada vez menos mercado libre-en realidad el mercado libre hace muchísimo que es más ficción que realidad- y el comunismo, entendido no tanto en el sentido de totalitarismo brutal, burocratización absoluta y planes quinquenales del marxismo leninismo-aunque la represión irá in crescendo-, sino de una concentración creciente de poder estatal y económico, ya que tanto el Estado como la economía capitalista están quebrados, y ambos se necesitan para reconfigurar un nuevo sistema.

Nuevo sistema que para hacerse más digerible, como aconteció en la desindustrialización de los ochenta, necesita de las izquierdas en el poder . Con ellas al mando, las posibilidades de una revuelta se debilitan, pues éstas se presentan como aliadas del pueblo, como sus defensores .Y en esas estamos, con la posibilidad, incluso, de que se presente la opción de una República como nuevo anzuelo, como lámpara atrapapolillas.

El futuro se perfila muy inquietante, con hambre a las puertas .¿Despertará la juventud, los padres y los abuelos ante la muerte de los paradigmas de la podrida Modernidad, y la negrura que ha caído a plomo sobre todos, sobre nuestras vidas? . Si no lo hacemos, no podremos protestar cuando seamos engullidos en las puertas del infierno. Habremos sellado nuestro destino, el de recursos humanos ya inservibles en gran número.

https://youtu.be/6WgKPp7QuEg

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