He tenido ocasión de leer recientemente en Papel, la Revista Diaria del periódico El Mundo, una entrevista al físico teórico Michio Kaku. Es éste probablemente uno de los científicos con lenguaje más entendible y ameno para el público no versado en ciencias, y recuerdo con sumo interés su libro Hiperespacio, sobre la teoría de cuerdas y la posibilidad de la existencia de otras dimensiones y universos.
Kaku es un investigador de mente abierta, que ha escrito otros textos sobre el posible futuro de la física y los adelantos técnicos .En la citada entrevista defiende los viajes espaciales como algo imprescindible a lograr para salvarnos de la extinción. Así como de la casi segura para él inmortalidad futura del hombre en esta vida, un sueño que a mí me espanta, y que no creo real, aunque ese es otro tema.
En este caso, tendríamos que ser críticos con lo que denominaré teoría de la tecnosalvación. Para Michio Kaku, como posiblemente para un sector de la población, científica o no, la solución a los problemas que nos amenazan como humanidad estaría en el desarrollo tecnológico, en este caso colonizar otros planetas.
Yo me reconozco un enamorado del Cosmos, de sus enigmas y misterios, y soy de los que creo y sueño con descubrir otros mundos, e incluso ser capaces de llegar a ellos. También creo, todo sea dicho, en la existencia de extraterrestres, incluso me inclino a creer que nos visitan y han visitado desde siempre, incluso no descarto alguna posible intervención en nuestra evolución. Si bien reconozco que falta la prueba definitiva, por supuesto, que no es otra que la presentación oficial.
Todo esto lo comento para que no se me confunda con un tecnófobo. Pero dicho esto creo que la salida a la más que probable destrucción, probablemente parcial, que no total de nuestra especie, pasa por el desarrollo moral o espiritual. Esa tiene que ser la base. Ser capaces de ver, y en eso precisamente podría ayudar un nuevo humanismo "cosmológico", es decir el entendimiento del funcionamiento del Cosmos, sus elemento y seres, de que el Todo y las partes están entrelazados, están unidos o si se quiere el orden natural es la interdependencia.
Llevado a las sociedades humanas, ni la Colectividad o la Comunidad debe imponerse al individuo, ni el individuo se puede entender como un Soberano frente al resto, un ente aislado .Podríamos colonizar Marte, por ejemplo: Pero, ¿de qué serviría si llegamos con las mismas estructuras sociopolíticas y económicas y esquemas de pensamiento individual? .Más pronto que tarde nos encontraríamos con la misma situación que hoy en la Tierra: saqueo, explotación, dominación, enfrentamientos, pobreza, carrera armamentística y la Guerra Mundial como una amenaza creciente.
La solución , la salida, no es la tecnológica, es la espiritual, es el encuentro con uno mismo y con el prójimo, una transformación primero individual y luego colectiva, donde el otro sea visto como un reflejo de uno, como el anteriormente citado Orden Cosmológico. La tecnología debe ser elemento auxiliar, al servicio de la libertad y la fraternidad entre los hombres y mujeres, eliminando la que no favorezca esos objetivos.
La tecnosalvación no consistiría en la práctica sino en la multiplicación de los infiernos a otras zonas del Universo. Una falsa salida, una falsa esperanza.
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